Sociedad
LA HISTORIA DETRÁS DE LA CANCIÓN

¿De dónde salen los lazos de colores amarillos? ¿De Cataluña o de Estados Unidos?

Una canción de 1973 nos desvela el origen americano de los lazos amarillos reivindicativos

Fotos cortesía José Ibarra

Cartagena

Hace tiempo ya que venimos usando lazos de colores para significarnos a favor de distintas causas. Los lazos rojos servían para solidarizarnos con las víctimas del sida; los lazos azules, para las víctimas de la ETA; los lazos rosas, para las enfermas de cáncer de mama; los lazos negros, para las víctimas de los atentados del 11S en América y del 11M en España; los lazos morados son un símbolo feminista; los lazos blancos son para la paz; y últimamente, los lazos amarillos se los ponen los independentistas catalanes en solidaridad con sus presos. Esto de los lazos amarillos parece ser que tiene más de un origen: por un lado, el catalán y, por otro, el americano. Este es el que nosotros desvelaremos hoy y aquí, y como siempre, lo haremos con una canción bien conocida.

En los Estados Unidos y en abril de 1973 publicaba Tony Orlando al mando de un trío llamado Dawn un éxito llamado “Tie a yellow ribbon round the old oak tree”, (Ata un lazo amarillo alrededor del viejo roble), una simpática cancioncilla que seguro que les sonará a muchos oyentes de LA HISTORIA DETRÁS DE LA CANCIÓN porque fue un éxito muy radiado en aquella época.

La historia detrás de la canción con José Ibarra 10 junio 2018

07:02

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La tradición de atar lazos amarillos en los árboles procede del folklore estadounidense, en concreto de cierta costumbre que comenzó en la guerra civil norteamericana de 1861. Los pañuelos o lazos amarillos se los ponían las esposas de los soldados que iban al frente en señal de fidelidad a sus esposos. Cuando estos volvían de la guerra, si encontraban a sus mujeres con el pañuelo amarillo puesto, significaba que ellas habían sido leales y les habían estado esperando, lo que era motivo de gozo y alegría.

En el siglo XX la tradición se extendió a aquellos hombres que volvían de las guerras de Vietnam o de Irak o simplemente los que cumplían penas de cárcel. La canción que traemos hoy cuenta esa historia precisamente: la de un hombre que ha estado tres años preso, sale libre al final de su condena y escribe a su mujer diciéndole que regresa a casa. Si ella lo ha seguido amando y esperando, él lo sabrá si al llegar encuentra un lazo amarillo rodeando al viejo roble. Emprende el viaje sin saber si ella lo hará o no. Ni siquiera lo exige, él entendería que ella se hubiera ido con otro; pero pide la prueba del lazo amarillo. Si al llegar el autobús al pueblo él no ve un lazo amarillo en el árbol, simplemente no se bajará y aceptará la derrota echándose la culpa él mismo.

Fotos cortesía José Ibarra

Se mantiene la sorpresa hasta el final del tema. Ahhhh, pero esto es una película con final feliz, queridos amigos. Cuando nuestro protagonista y su autobús llegan al pueblo, lo que encuentra con gran alegría no es uno, sino cien lazos amarillos dándole la bienvenida. Ella le ha sido fiel, ella le ha esperado, y el público, tan contento, puso esta melodía en el número uno durante un montón de semanas en las listas americanas y se vendieron tres millones de discos en un mes. Los dichosos lazos amarillos se convirtieron en un montón de dólares para sus creadores, que habían leído la historia verdadera de un preso al que le pasó todo esto en una famosa revista americana de entonces y lo convirtieron en canción.

¿A que es chula la historia? He aquí la canción que lo cuenta. Hoy, en LA HISTORIA DETRÁS DE LA CANCIÓN, el origen de los lazos amarillos en “Tie a yellow ribbon round the old oak tree”, de Tony Orlando & Dawn

 
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