‘Un gesto de responsabilidad y solidaridad’

La Línea de la Concepción

l Gobierno central anunció ayer que España acogerá en el puerto de Valencia al barco Aquarius, que navega por el Mediterráneo con más de 600 inmigrantes y refugiados rescatados por Médicos Sin Fronteras (MSF) y Sos Mediterranée, abandonados a su suerte tras impedir su entrada a Italia el nuevo ministro del Interior, Matteo Salvini.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, se ofrecieron a lo largo del día de ayer a acoger en sus respectivas ciudades a 629 inmigrantes, mientras el lehendakari Iñigo Urkullu también anunciaba la disposición del Gobierno Vasco a recibir a unas 60 personas de las más de 600 que viajan en el Aquarius, por "dignidad humana y respeto a los derechos humanos". El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se ofreció al Gobierno para colaborar en la acogida prestando "servicios y recursos de acogida". Y la presidenta de Baleares, Francina Armengol, se mostró asimismo dispuesta a que las islas acojan a una parte de los refugiados por "solidaridad y compromiso".

Las voces críticas no se han hecho esperar, unas voces que prefieren hablar de oportunismo político en lugar de hacerlo de ejercicio de responsabilidad y solidaridad. ¿Es tan difícil verlo desde esa perspectiva?

El problema de los inmigrantes y los refugiados es un problema de toda Europa, que hasta la fecha no ha sido capaz de dar una respuesta coordinada a este asunto. Así lo recordó ayer el nuevo ministro de Exteriores, Josep Borrell, que calificó de “acto simbólico y efectivo” la acogida del Aquarius, con el objetivo de que el próximo Consejo Europeo aborde la necesidad de hacer frente común a un problema de todos. Estaría bien que así fuera después de que el gesto del Gobierno español haya sido elogiado por las instituciones comunitarias.

La decisión del Gobierno también fue bien recibida ayer en términos generales por el resto de partidos españoles, no así por el PP, el mismo que mientras gobernó sólo acogió a unos 3.000 refugiados de los más de 11.000 a los que se había comprometido.