Querido inmigrante del barco Aquarius

Palencia

Vaya semanita la que llevamos a nivel mediático. Esta semana eran muchos los temas sobres los que realizar este comentario: el cambio de seleccionador, la dimisión del ministro de Cultura, el éxito del Palencia Sonora, las notas de la EBAU, el cierre del tercer turno de la FASA…

Frente a lo que todos estamos hablando en nuestras conversaciones cotidianas, el tema que me parece más importante de esta semana es la decisión de nuestro gobierno de traer a los 629 Inmigrantes del barco Aquarius al puerto de Valencia.

Sí el más importante, porque estamos hablando de personas que están siendo tratados como mercancía y arma electoral. Personas sobre las que mienten los fascistas de turno. Les invito a que lean un artículo del Diario El País, dónde se desmontan todos los falsos mitos sobre los inmigrantes.

Hoy he querido escribir una carta a cada uno de estos inmigrantes que vendrán este fin de semana a nuestra gran nación. Porque para mí, ser un gran país, es ser solidarios y cumplir la legislación mundial.

Querido Hermano y Hermana inmigrante: No sé lo que puedas estar viviendo, sintiendo en estos momentos. No llevas equipaje ni coche propio, eres carne de cañón para embaucadores, traficantes y bandas organizadas que comercian con el engaño y el horror.

Las imágenes de televisión nos muestran tu rostro dolorido, apenado. Ojos llenos de miedo, horror y espanto. Intentas sobrevivir, en medio de una barbarie. Portas sólo un arma, tus pies doloridos.

Para mí no eres un número. Eres persona, con un nombre, una cultura, una familia, una religión y grandes capacidades. Ahora llegarás a nuestras tierras, vivirás entre nosotros durante un tiempo largo, a lo mejor demasiado largo. Probablemente esté será tu nuevo hogar. Necesitarás ayuda psicológica, cercanía, conversación, empatía y consuelo.

Aquí te encontrarás con una gran acogida mediática. Todos querrán hacerse una foto junto a ti. Has conseguido que muchas instituciones se unan par que tengas un sitio para comer y vivir. Sin duda es una gran noticia.

Pero me gustaría que esa unidad fuese por justicia y por nuestro deseo de construir un mundo dónde el centro lo ocupen las personas. Todavía nosotros nos tenemos que preguntar porque pasan todas estas cosas. La culpa es la de un mundo construido desde el dinero. Si se cumpliesen los objetivos del Milenio, podrías quedarte en tu hogar. Pero a los que mandan les interesa construir un mundo, dónde excluimos a dos tercios de nuestra familia Humana.

Falta la denuncia profética y esperemos que no te conviertas en arma electoral de ningún partido político.

El problema será el tiempo. Dejarás de ser noticia, nos preocuparemos de nuestras elecciones, de los debates, del mundial, de nuestros programas de televisión. Y tú seguirás aquí. Siendo un extranjero, en una cultura diferente. Tendrás que buscar sustento para los tuyos y comenzarán los problemas. Tendrás que aprender nuestro idioma y costumbres. Tus hijos irán a la escuela. Tu forma de vestir hará que te miremos con sospecha.

No me gustaría estar en tu piel. Sólo decirte que en nuestra sociedad hay muchas personas que queremos ser mano extendida. Querido hermano y hermana, con tu ayuda queremos construir una civilización del amor y de la justicia.