La Torre del Concejo es del Obispado

Jaén

La Torre del Concejo pertenece al Obispado de Jaén. Así lo han confirmado fuentes episcopales a Radio Jaén SER. De hecho, también es propiedad de la Iglesia Católica todo el complejo parroquial de San Juan. Tanto la Torre como la Iglesia son de titularidad episcopal desde el 3 de febrero del año 2.000, en la época en la que era obispo Santiago García Aracil. Lo sorprendente es que antes de esa fecha, el templo no tenía una titularidad concreta.

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Este enclave se ha visto envuelto en polémica durante las últimas semanas acerca de su titularidad sobre quién debería arreglar el reloj que hay en la parte alta, parado desde hace años y que tradicionalmente marcaba la hora oficial de la capital jienense. De hecho, la concejala de Patrimonio, Rosa Cárdenas, inició a primeros de mes un expediente para ver a quién pertenecía este bien del siglo XVI, dudas que después de la respuesta del Obispado quedan resueltas.

La Iglesia se apropió de este bien gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria que impulsó el gobierno de José María Aznar en 1998. Gracias a los cambios introducidos, numerosos obispados y arzobispados de toda España se inmatricularon cerca de 4.500 propiedades.

Historia de la Torre

La titularidad de la Torre como tal ha sido objeto de debate a lo largo de los últimos años. En la 'Guía de Arquitectura' del Colegio de Arquitectos de Jaén redactada por José Gabriel Padilla, Rafal Casuso y Amelia Ortega en 2008, se indica que "jurídicamente la propiedad es del Ayuntamiento desde el convenio firmado en el siglo XV con la parroquia para que en su campanario se instalara un reloj público, dada la proximidad a la antigua Casa Consistorial".

La iglesia de San Juan es una de las más antiguas de la capital, tal y como lo recogen diferentes textos de los catedráticos de la Universidad de Jaén, Vicente Salvatierra y Pedro Galera Andreu. Indican que su traza fue originalmente gótica, levantada entre finales del siglo XIII y principios del XIV. Edificada para sustituir a una mezquita situada en las proximidades.

La diferencia de nivel que hay entre la plaza de San Juan y la calle Martínez Molina se salva mediante la construcción de varias criptas en la cabecera. Apenas quedan detalles de su carácter gótico ya que el interior fue modernizado en 1956 al cubrirse las bóvedas y transformarse los pilares y la solería. 23 años después, se realizaron otras obras dejando al descubierto el ábside de la cabecera y se abrió la actual puerta situada en un lateral que permite la entrada.