Más política de trazo grueso

Las airadas protestas del ejecutivo autonómico y del PP en Castilla y León, tras el anuncio de Pedro Sánchez de que el actual modelo de financiación autonómica no va a reformarse esta legislatura, no son sino la demostración de que la política sigue siendo para muchos políticos un juego que atiende a una regla fundamental que pasa por denostar lo que haga y diga el rival. Esto viene siendo así y por lo que se ve, nada hace pensar que pueda ser de otra forma.

El PSOE en la oposición reclamó fervientemente un nuevo modelo al PP. El PP ahora ve inadmisible que no cobre forma a la mayor brevedad un nuevo modelo que beneficie a Castilla y león. Si no fuera porque estamos hablando del dinero que paga la educación o la sanidad de la que disfrutamos, todo esto resultaría simplemente grotesco.

Desde dentro, el PSOE ahora ve el paisaje con matices que no apreció mientras estaba en la oposición. El PP desde la oposición, ya olvidó los matices y exige vehementemente lo que no logró confeccionar durante años. Ante nosotros un cuadro abstracto, al tiempo fácil y difícil de comprender, en el que predominan los trazos gruesos, excesivamente gruesos.