Lo que da la tierra

Aranda de Duero

El colegio público Fernán González sigue haciendo evolucionar el huerto ecológico que puso en marcha el curso pasado. ‘El reino de las semillas’ es el nombre de este proyecto, fruto de la colaboración de toda la comunidad educativa, convertir una zona del patio baldía e invadida por las malas hierbas en un huerto lineal, dividido en 9 jardineras, una para cada curso de Infantil y de Primaria, en las que los estudiantes se afanan por sacar adelante las lechugas, acelgas, ajos, fresas, calabacines o lo que la tierra dé.

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Este proyecto está a punto de terminar su segunda temporada, en la que ha incorporado, gracias a la sabiduría de dos jubilados, Ángel Puente y Abel de la Iglesia y del Centro de Formación e Innovación Educativa, una jardinera en altura. Se trata de una instalación, fabricada con viejos palés de madera, para el cultivo permanente, que ofrece unas importantes ventajas respecto al resto de la instalación, como explica Enrique Arroyo, el profesor que coordina esta actividad, con la ayuda de la mayor parte del claustro, pero muy especialmente de la profesora de Educación Física, Mari Mar Martínez, su colaboradora más implicada.

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Los estudiantes trabajan en el mantenimiento del huerto y el desarrollo de su producción en turnos organizados que permiten la colaboración entre alumnos de distintas edades. Algunos hacen horas extras voluntarias también aprovechando los recreos. Los frutos obtenidos los comparten a veces en un almuerzo saludable o bien se reparten para degustarlos en familia. Es un proyecto transversal para trabajar de forma divertida y muy práctica casi todas las materias y que puede servir para fomentar los valores del emprendimiento y demostrar que el trabajo de la tierra puede tener sus beneficios económicos.

El Ayuntamiento, además de colocar la valla que delimita el huerto del resto del patio, colaboró en su momento en otros aspectos, pero el proyecto sigue creciendo y sus promotores están pensando ya en dotarlo de riego por goteo. Para ello es necesario realizar una instalación soterrada, por lo que piden nuevamente la implicación municipal.

Y hay más mejoras en proyecto, como colocar otra compostadora, una zona de abono con lombrices y un rincón didáctico donde poder dar clase como alternativa a las aulas.