Una aspirante se ve obligada a acudir a las oposiciones de Educación con su bebé de 4 días en brazos

Oviedo

ESTA MAÑANA más de 5.000 aspirantes a conseguir una plaza de profesor de Secundaria o FP han iniciado el proceso de oposición, realizando la primera de las pruebas para hacerse con una de las 630 plazas en liza. El máximo de tiempo para realizar la prueba han sido dos horas y en esta ocasión, el inicio del proceso se ha hecho coincidir en el tiempo con las de otras regiones, lo que evita el efecto llamada. La intención con esta Oferta Pública de Empleo (OPE) es reducir la interinidad hasta el 8 por ciento en la enseñanza. Pero no todos se muestran contentos con el proceso: algunos sindicatos, caso de Suatea, temen que las oposiciones se conviertan en un ERE encubierto que afectaría según esta organización educativa, a buena parte del personal interino que hasta ahora desarrolla su trabajo en la región.

Apuntan a que en algunas especialidades se convocan el 80 por ciento de las vacantes existentes ocupadas hasta ahora por interinos, lo que implicará que quienes no aprueben quedarán sin trabajo. Además, el acuerdo de interinidad en vigor, rebarema las listas, dice SUATEA, después de cada procedimiento selectivo, lo que puede acabar en el despido de personas con hasta 30 años de experiencia o que superen los 50 años de edad.

Además, una opositora ha tenido que ir a examinarse con su bebé recién nacido en Gijón. Se trata de Olaya García, que explicaba a la Cadena SER su asistencia a las pruebas, cuatro días después de dar a luz dado que este caso no se contempla entre los de fuerza mayor para justificar la no presencia en el examen. Desde Suatea protestan por las condiciones “impuestas” por la administración regional al profesorado interino, como en este caso y recuerdan que en su día presentaron diversas propuestas de mejora a la Consejería de Educación, que suponían, por ejemplo, la ampliación de las causas de fuerza mayor que suponen poder justificar la no presentación al examen. Algo que fue rechazado. Para Enma Suárez, de Suatea, la falta de sensibilidad de la consejería es clara así como “el desprecio por la labor de los interinos asturianos. El bebé de esta chica hoy se puso a llorar, tuvo que darle de mamar en una sala. No es un único caso. En otra ocasión, un chico tuvo que salir del tanatorio, tras haber muerto su padre para acudir a presentarse a la oposición”