Es lunes, y qué

PALMA

Es lunes, y qué.

No sé si debo limitarme a compartir tu enfado por esta imposición del calendario. O si conviene combatir la evidencia.

Luchemos, por una vez. No vamos a admitir la derrota del lunes sin librar una dura batalla.

Este comentario tiene fecha de entrega, no de entreguismo.

El lunes es casi una invitación al sometimiento, a aceptar con resignación cualquier color siempre que sea gris.

Pero no este lunes, en que nos aplicamos a la rebelión individual, que todavía no está castigada por el Supremo.

No se trata de construir un día excepcional, lo cual por otra parte resulta impensable en lunes.

Se trata humildemente de fabricar el mejor lunes de tu vida.

Es difícil construir un sábado excepcional, porque el listón está muy alto.

En cambio, has descuidado tanto los lunes, que se amontonan sin personalidad alguna en tu biografía.

Bastará un pequeño detalle, una escapada sin rumbo, un gesto de cariño hacia otra persona, para que el lunes se ilumine.

No importa si existe un mañana, sino si existe una mañana. Y te la acabas de ganar.

Aunque solo sea una mañana de lunes.