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Beato Augusto Czartoryski, el nieto del Duque de Riánsares con ascendencia polaca

Gema Garrido cierra la temporada de 'Callejeando por Tarancón' de Hoy por Hoy Tarancón en la calle dedicada a Beato Augusto Czartoryski

Augusto Czartoryski / Libro “Tarancon en la historia” de Dimas Pérez Ramírez

Tarancón

Gema Garrido, autora de 'Callejeando por Tarancón' ha cerrado la temporada de este espacio con la Calle Beato Augusto Czartoryski. Es la edición número 45 de este recorrido por la historia del callejero taranconero que todos los martes emitimos en Hoy por Hoy Tarancón con Jesús Gabaldón. En esta ocasión, Garrido ha hecho parada en una vía que está entre la Calle Marcos Aniano y la Calle Ronda de San Isidoro, muy cerca de la Plaza del Ayuntamiento.

'Callejeando por Tarancón' con Gema Garrido (26/06/2018)

13:20

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HIJO DE MARÍA AMPARO MUÑOZ

María del Amparo Muñoz y Borbón fue la primera hija del matrimonio entre Fernando Muñoz y la reina María Cristina. Nació en El Pardo el 17 de noviembre de 1834. Una nodriza la crió en el pueblo suizo de Vevey hasta que, a los seis años, se mudaron al palacio de la Malmaison, la residencia que Napoleón arregló para Josefina en París, que los Duques de Riánsares compraron a Luis Felipe de Orleans por 500.000 francos.

Al terminar el primer destierro de Fernando y Cristina, Amparo pasó algunas temporadas en Tarancón, junto a toda la familia, en la casa-palacio que tenían en la Calle del Campo. Su precaria salud fue siempre un motivo de preocupación para todos.

Amparo Muñoz. / libro “Tarancon en la historia” de Dimas Pérez.

El 9 de agosto de 1847, la primogénita recibió el título de condesa de Vista Alegre. Fue notable la amistad de la familia con el emperador Napoleón III y con su esposa, Eugenia de Montijo. En muchas ocasiones, los “muñoces” asistieron a fiestas y celebraciones organizadas por la corte imperial. Napoleón III concedió a Amparo el ingreso en la Orden de Damas Nobles de María Luisa.

El 1 de marzo de 1855, antes de cumplir los 21 años, Amparo contrajo matrimonio con el príncipe polaco Ladislao Czartoryski en la capilla neogótica de la Malmaison. Hacía unos treinta años esta noble estirpe polaca había emigrado a Francia, y desde el Palacio Lambert, en la rivera del Sena, dirigían una vasta acción con el fin de restaurar la unidad de su patria, desmembrada y repartida desde el 1795 entre las grandes potencias.

Amparo se convirtió en princesa de Czartoryski y, tres años más tarde, en agosto de 1858, nacería en París su hijo Augusto.

 AUGUSTO CZARTORYSKI MUÑOZ

La llegada de Augusto llenó de alegría a sus padres y a todos los polacos, ya que con él se daba continuidad a la familia real. Sin embargo, esta felicidad no duró demasiado ya que, cuando tenía seis años, su madre falleció de tuberculosis.

Gucio, que era el nombre familiar que daban a Augusto, creció con un enorme vacío en su alma por la falta de su madre. Desde muy pequeño mostró una tos persistente que intentaron curarle haciéndole tomar aceite de ballena.

Augusto recibió formación en polaco, francés, caligrafía y canto, además de practicar gimnasia y equitación. También estudió inglés. Al cabo de nos años, su padre se casó en segundas nupcias con Margarita de Orleans, con la que tuvo dos hijos: Adán y Witold.

La guerra franco-prusiana de 1870 hizo que el padre de Augusto decidiera enviarlo a Cracovia, donde se encontraría más seguro. Allí estudió latín, griego, matemáticas e historia de Polonia. En 1873, tras morir su abuelo materno, viajó a Italia, Inglaterra e Irlanda. Además, aprendió español porque deseaba visitar algún día el país de su madre.

En 1874, su padre le puso como tutor a José Kalinowski, el cual se ordenó sacerdote carmelita en 1877, tomando el nombre de Rafael Kalinowski. Aunque pasaron poco tiempo juntos, Kalinowski dejó una profunda huella en el joven Augusto, quien no tardó mucho en darse cuenta de que no estaba hecho para la vida de la corte.

ENCUENTRO CON DON BOSCO

El 18 de mayo de 1883, cuando Augusto tenía 25 años, conoció a Juan Bosco en París, precisamente en el palacio Lambert. Hasta entonces, el joven no había mostrado inclinación a formar una familia, a pesar de su calidad de primer heredero. Tras su encuentro con Don Bosco, Augusto no solo sintió que se reforzaba su vocación religiosa, sino que tuvo la clara convicción de que quería ser salesiano.

Pese a las reticencias de su padre, Augusto viajó a Turín para encontrarse con Don Bosco, recibir sus consejos y hacer varios cursos de ejercicios espirituales. El religioso, sin embargo se mostraba cauteloso sobre la aceptación del príncipe en la congregación, hasta que el Papa León XIII en persona le ordenó recibirlo entre los salesianos.

El 24 de noviembre de 1887, el joven Augusto tomó el hábito en la Basílica de María Auxiliadora de manos del mismo Don Bosco, ya muy enfermo, que murió dos meses después. De nada sirvieron los esfuerzos de su padre y de gran parte de su familia para disuadirle de su vocación religiosa. Sin embargo, accedió a hacerse una fotografía vestido de polaco y con barba, antes de la vestición clerical, para que pudiera ser conservada como recuerdo en la familia.

Intuitivo, racional y confiado, el 2 de octubre de 1888, el príncipe Augusto Czartoryski hizo voto de pobreza, castidad y obediencia. Cuatro meses antes había firmado el acta de renuncia a todos sus derechos de primogénito.

A causa de su enfermedad fue enviado a la costa de Liguria, en la Riviera Italiana, donde realizó los estudios de teología. A medida que su salud iba empeorando, aumentaron las tentativas de alejarlo de la vocación religiosa, pero Augusto se mostraba sereno. Los que trataron con él decían: “hemos visto cómo se prepara para morir un santo”.

El 2 de abril de 1892 fue ordenado sacerdote en San Remo por monseñor Tommaso Reggio, obispo de Ventimiglia. En su primera misa, al día siguiente, le ayudó su hermano Vitoldo y su segunda madre, la princesa Margarita, recibió la comunión de sus manos. Su padre estaba enfermo y no pudo asistir ese día, pero sí acudió el 3 de mayo a la misa que Augusto celebró para la comunidad polaca en el día de la fiesta nacional de su país.

La vida sacerdotal del padre Augusto duró apenas un año, que pasó en Alassio, en “Villa Don Bosco”, en una habitación que daba al patio de los muchachos. Solía acurrucarse en el mismo sillón que Don Bosco había utilizado durante su estancia en la casita, y allí recibió los santos sacramentos. La tarde del 8 de abril de 1893, murió a causa de su enfermedad.

Se celebraron los funerales primero en Alassio y después en Valdocco. Sus restos fueron repatriados a Polonia y sepultados en la cripta parroquial de Sieniawa, junto a su madre. Su sepulcro se encuentra en la iglesia del colegio salesiano de Przemsyl.

El papa polaco Juan Pablo II (anteriormente llamado Karol Wojtyla) proclamó en 1979 la heroicidad de las virtudes del nieto del duque de Riánsares y lo beatificó, en Roma, el 25 de abril del año 2004.

En la última legislatura de Raúl Amores, se reconoció la vida de este ilustre descendiente de Tarancón poniéndole su nombre a una calle de la ciudad que, por cierto, aún no tiene puesta la placa. 

 
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