Las 14 fallas que modifican su nombre afectadas por la Ley de Memoria Histórica
Unas han eliminado los nombres afectados y otras los han cambiado por otro nuevo
Valencia
Los espacios públicos, las calles y las plazas donde se desarrolla nuestra vida no son simples lugares de paso, son rincones de nuestra ciudad donde acumulamos vivencias con las que vamos tejiendo nuestra memoria. Para cualquier vecino arraigado en un barrio, la modificación de la estructura de este o el simple cambio de nombre de una calle supone un ejercicio de nostalgia infinito, agravado por la intensidad y los momentos del pasado vividos en dichos espacios.
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Para los vecinos falleros, el barrio, el cruce de calles donde se planta la falla o el chaflán donde se encuentra el casal y sus denominaciones, forman parte de sus lieux de mémoire, lugares de la memoria particulares donde han desarrollado una intensa actividad festiva a lo largo de la vida y por tanto han trazado una línea de cotidianeidad y un fuerte sentimiento de arraigo y pertenencia.
Por eso, los cambios en las estructuras urbanas y toponímicas de la ciudad suelen ser traumáticos, pero muchas veces inevitables, como es el caso de los nombres de calles de nuestra ciudad que contravenían la Ley de Memoria Histórica al remitir a figuras de la dictadura franquista. Generales golpistas como Urrituia y Barroso o médicos instigadores de fusilamientos como Marco Merenciano, no podían permanecer en el espacio público conmemorativo por mucho que sus nombres tuviesen un arraigo profundo entre la población, más allá del desconocimiento general que suele haber hacía los propios personajes y sus méritos para estar allí.
Este cambio en la toponimia urbana de Valencia ha afectado a 14 comisiones falleras que han tenido que modificar sus nombres y adaptarlos a la ley y a las nuevas denominaciones. Algunas, cuyos nombres estaban formados por la unión de dos o tres calles, han optado simplemente por eliminar el nombre conflictivo. Mientras que otras se han adaptado al nomenclátor callejero y han añadido la nueva denominación.
En el grupo de las primeras se encuentran, por ejemplo, las fallas de la calle doctor Marco Merenciano, que a partir de ahora se denominaran solo con el nombre de una de sus calles del cruce: Gayano Lluch y General Llorens. Mientras que en el segundo caso encontramos la falla Jerónima Galés (antes general Barroso) – Litógrafo Pascual i Abad, que sí que han adoptado la nueva denominación dedicada a la primera mujer impresora valenciana. Estas son el resto de fallas implicadas y sus nuevas denominaciones (en negrita):
- Santa Cruz de Tenerife-Ángel del Alcázar → Santa Cruz de Tenerife
- Ángel del Alcázar-José Maestre →José Maestre
- Avenida de la Plata-General Urrutia →Avenida de la Plata-Senyera
- García Morato-Yecla→Séneca-Yecla
- General Llorens-Doctor Marco Merenciano→ General Llorens
- Gayano Lluch-Doctor Marco Merenciano→Gayano Lluch
- General Asensio-Marqués de Solferit (Quart de Poblet) → Marqués de Solferit
- General Barroso-Calvo Acacio→ Calvo Acacio
- General Barroso-Litógrafo Pascual y Abad→ Jerónima Galés-Litógrafo Pascual y Abad
- Islas Canarias-Trafalgar-Samuel Ros→ Islas Canarias-Trafalgar
- Juan Bautista Vives-Salvador Ferrandis Luna→ Juan Bautista Vives y Adyacentes
- Linterna-Na Robella-Barón de Cácer→ Linterna-Na Robella-Avenida del Oeste
- Manuel de Falla-Tamarindos-López Ibor→ Manuel de Falla-Tamarindos
- Plaza de los Mártires (Massarojos) → Senent Ibáñez
TOPONIMIA Y FALLAS
El uso de la toponimia urbana por parte de las comisiones falleras siempre ha tenido un punto anecdótico. Así, en la actualidad existen fallas que continúan usando la toponimia histórica de las calles donde plantan.
Es el caso de la falla Borrull-Socors (en vez de Dr. Peset Cervera) o Quart Extramurs (en vez de Castán Tobeñas), por ejemplo. También resulta curioso el caso de la falla Aras de Alpuente-Castell de Pop, que sigue usando el topónimo de Aras de Alpuente cuando el municipio al que va dedicada la calle ha cambiado de nombre por el de Aras de los Olmos.
Paradigmático resultó también el caso de la falla de la plaza de la Reina, que no cambió de nombre a lo largo de los más de 10 años que duró la oficialidad del nombre de plaza de Zaragoza durante la década de los 70. Sin embargo, sí que adoptó el nombre de plaza de la Región Valenciana, cuando este fue el nombre oficial de la plaza durante los años 30.Otro caso rocambolesco de topónimos y fallas, es el de las ya comentadas de la calle del Dr. Marco Merenciano, General Llorens y Gayano Lluch.
Estas ya cambiaron el nombre de General Moscardó (de ahí que a la falla General Llorens-Dr. Marco Merenciano se le conozca con el nombre de “Els Generals”) por el del polémico psiquiatra, con las modificaciones que se produjeron en el nomenclátor de la ciudad a finales de los 70. Y ahora, de nuevo, volverá a producirse un cambio en estas demarcaciones, ya que el nombre de Marco Merenciano, delator e instigador de la ejecución de Peset Aleixandre, ha sido sustituido por el del activista vecinal Félix del Río.Otras comisiones sin embargo, con la retirada a finales de los 70 y principios de los 80 de nombres franquistas de nuestro callejero, sí que se adaptaron al nuevo nomenclátor.
Los más conocidos son los ejemplos de las fallas plantadas en la Avenida del Reino de Valencia, antes Antiguo Reino y José Antonio. O la falla San Vicente – Falangista Esteve, ahora Periodista Azzati. Menos sonados pero también muy significativos fueron los casos de fallas como Actor Mora – Ramiro Ledesma (ahora Av. Constitución) o San José de Pignatelli – Onésimo Redondo (ahora Dr. Peset Aleixandre).