Disfrutar de Nadal aunque pierda

PALMA

Si hoy es lunes, Rafael Nadal debió ganar ayer domingo un torneo.

Sin embargo, no vi al mallorquín en la final de Wimbledon, así que por fin tenemos una noticia de Nadal en lunes, porque el torneo ciento uno entraría en la rutina.

Tras contemplar la semifinal frustrada con Djokovic en diferido, sin la distracción de la emoción que todo lo entorpece, voy a pronunciar una sentencia muy clara.

Nadal es el mayor espectáculo del mundo.

Para darme la razón, puedes chocar con dos dificultades.

La primera, que no te guste el tenis. La segunda, que no te guste Nadal.

Las comparto ambas.

No vería hoy ningún bostezante partido de tenis en que no jugara Nadal, y sus ideas me parecen deplorables.

Por no hablar de su hotel.

Sin embargo, insisto. No hay nada comparable a Nadal en pista en el cine, televisión, ópera, teatro, artes plásticas, deportes o Magaluf.

Y viéndolo en diferido, me reafirmo en que disfrutas igualmente de Nadal en la derrota.

Y si no te gusta Nadal, te lleva al éxtasis y encima pierde.

Con Nadal, el espectador siempre sale ganando.