Mujeres viajeras que rompieron moldes

Fuenlabrada

La figura de Egeria en el siglo IV tiene muchos claro oscuros respecto a su origen, aunque muchos dicen que de la provincia romana de Gallaecia, en la diócesis de Hispania. Se la considera la primera mujer viajera, que estuvo en Egipto, Palestina, Siria, Mesopotamia, Asia Menor y Constantinopla, entre otros lugares. Aunque sus viajes los relata mediante cartas a sus hermanas, según cuenta Elena Sánchez Moral, historiadora, experta en Género, también los llegó a recoger en un libro. Sus viajes estaban siempre relacionados con lugares sagrados, por lo que se cree que podría ser una abadesa que viajaba con ciertos privilegios.

Apasionante es la vida de Inés Suárez que a principios del siglo XVI viajó primero a Venezuela y más tarde a Perú en busca de su marido. Tras enterarse de su muerte, se alistó con la expedición de Pedro de Valdivia que se dirigía a la conquista de Chile, según recuerda Sánchez Moral. Esta mujer que fue premiada por el rey con tierras y encomiendas y llegó a ser gobernadora de Santiago de Chile tras su matrimonio con el capitán Rodrígo de Quiroga.

Otro nombre propio que destaca en el mismo siglo, aunque ya a finales del mismo, es Isabel Barreto, navegadora y primera mujer almirante de la Historia española. Decidió acompañar a su esposo, Álvaro de Mendaña, en su segundo viaje a las islas Salomó. Una travesía dura en la que muere su marido. Fue entonces ella la que después de tres meses consigue llegar a las costras de Manila como comandante del barco. Isabel fue una entre las veinte mil mujeres, sobre todo andaluzas y extremeñas, que participaron en el descubrimiento del nuevo mundo. Algunas viajaban solas, otras se reúnen con sus maridos o son viudas e iban camino de encargarse de alguna hacienda heredada.

Almudena Sánchez Fernández

Los tiempos cambiaron y hoy en día también encontramos mujeres que hacen del viaje su vida. Es el caso de Almudena Sánchez Fernández, historiadora y escritora, autora del libro ‘Viajeras’, quien desde siempre tuvo claro que lo suyo era conocer otras culturas. Por eso, desde muy joven viajó a Chiapas y encendió su llama viajera, una llama que todavía sigue viva y que le ha llevado a recorrer el mundo con su mochila durante 12 años.

Reconoce que para una mujer viajar a determinados lugares, todavía sigue siendo peligroso, pero también es cierto que esos lugares también son arriesgados para los hombres. En ciertos destinos, afirma, “no se va el temor a una agresión sexual,aunque con sentido común podemos ir a casi cualquier lugar, exceptuando algunos especialmente complicados”. Hay muchos sitios que el ver una mujer sola les llama la atención, dice, y preguntan por qué.

Entre las viajeras que le fascinan está Rosita Forbes. En pleno siglo XIX, “viajó por todo el mundo con todas sus maletas, era divertida, apasionada, recomiendo leer sobre ella”.