"Cáritas" desbordada en Castilla-La Mancha ante la llegada masiva de venezolanos

Castilla-La Mancha

Esta semana han visitado el programa "Hoy por Hoy Castilla-La Mancha" algunos de los cientos de inmigrantes venezolanos que en los últimos meses están llegando a nuestra región huyendo del hambre y de la violencia que en estos momentos padece su país.

Han preferido no utilizar sus nombres reales, pues aún tienen miedo a las posibles represalias que pueda conllevar dar testimonio de lo que han vivido hasta hace unos meses. Aún así, y con los nombres que ahora utilizan en Toledo: Luis, Carolina, José  y la joven Alexandra, ésta última de sólo 17 años, han accedido a visitar nuestros estudios junto a Javier García Cabañas, secretario provincial de Cáritas diocesana de Toledo, y nos han contado qué les ha llevado a dejar sus vidas y pertenencias al otro lado del océano para establecerse en España, donde la legislación, de momento, no les permite acceder a un puesto de trabajo ni por tanto disponen de medios con los subsistir de manera autónoma.

Desde Cáritas, se muestran preocupados y desbordados por la situación y solicitan ayuda a las instituciones públicas y a la ciudadanía,  ya que sacar adelante a cada una de estas familias tiene un coste de 10.000 euros al año.

La mayor parte de ellos son titulados universitarios, es el caso de María, abogada, que decidió hace 3 meses huir a España cuando unos desconocidos trataron de raptar a su hija en la puerta del colegio, o José, maestro y profesor titulado de inglés, que invirtió en un canal local de noticias y relata que recibió una paliza junto a una advertencia de "no molestar" a las autoridades gubernamentales.

También Luis tuvo que afrontar,  junto a su mujer, la decisión de marchar del país, ya que la enfermedad de ésta no podía ser tratada en Venezuela por falta de medios, y se exponía a un trágico final.

En el caso de Alexandra, fue su madre, la que decidió huir del país el día que fue agredida en plena calle cuando intentaron robarle el teléfono móvil. Una circunstancia, nos cuentan, cotidiana en un país donde salir a la calle es, hoy por hoy, una práctica de riesgo.