Lugares para mantener viva la historia de Valencia

Valencia

Aprender de nuestra historia para no volver a cometer los mismos errores del pasado. Los refugios antiaéreos de la guerra civil en Valencia son un ejemplo de ello. Espacios necesarios, que conservan el pasado, para transportarlo a generaciones actuales y futuras. La mayoría de los más de 300 refugios entre públicos y privados, que se estima que había en la ciudad, han ido desapareciendo a lo largo de los años. Se conservan algunos como el del instituto Lluís Vives o el de la fábrica de Bombas Gens.

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Ahora el Ayuntamiento, tras intervenir en el del propio consistorio y en el de la calle Serranos, quiere hacer suya esta máxima con la reforma del ubicado en Massarojos y del búnker del Saler.

Este último, situado en la playa del Saler, está más cerca de poder rehabilitarse. El proyecto que el Ministerio pidió al Ayuntamiento para cederle este espacio protegido está en fase de contratación. Una vez que la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar reciba la propuesta redactada, estudiaran la cesión de 75 años al consistorio para que este lo rehabilite.

La concejal de Patrimonio, Gloria Tello, es optimista, cree que el Ministerio aceptará el proyecto que le propongan y quiere que la recuperación del edificio sea lo más fiel al original para que los ciudadanos puedan disfrutar de él.

Un lugar, que en caso de que finalmente sea rehabilitado, se unirá a los dos refugios antiaéreos que ya están abiertos al público: el situado en el patio del Ayuntamiento y el de la calle Serranos. El del consistorio, es un refugio de tipo escolar, con cinco naves y cubierta abovedada, que tenía una capacidad para 700 niños. En 2017 recibió más de 8. 515 visitas y en 2018, hasta el mes de junio, ha recibido 5.630 visitas. Por el de la calle Serranos, de tipo público con capacidad para 400 personas, que se abrió a los ciudadanos el pasado mes de abril, han pasado ya 2.478 visitantes.

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Además, el Ayuntamiento tiene previsto restaurar el refugio conservado en Massarojos, una reivindicación histórica de los vecinos. El proyecto está terminado, a la espera de disponer de una partida presupuestaria y quieren que las obras de rehabilitación estén en marcha antes de que termine la legislatura. Un refugio que tiene unas características muy diferentes de los conservados en la ciudad, ya que está excavado en la roca natural y no fue terminado porque finalizó la guerra.

La edil de Patrimonio dice que es consciente de que los barrios de la ciudad necesitan infraestructuras culturales, y asegura que están trabajando en ello, pero también cree importante recuperar aquello que la ciudad ya tenía y se está degradando con el paso del tiempo.

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