Las ONG piden que los delitos de odio por exclusión social agraven las penas

Alicante

Asociaciones que trabajan con personas sin hogar reclaman un endurecimiento del Código Penal con respecto a delitos de odio, como los producidos por el rechazo o aversión a los indigentes. Es lo que se conoce como aporofobia.

El último caso que ha causado la indignación en prensa y redes sociales es la humillación a la que un grupo de británicos, en una despedida de soltero en Benidorm, sometieron a un indigente hace unos días, haciendo que se tatuara en la frente el nombre del novio, a cambio de cien euros. Los propios comerciantes británicos de Benidorm claman contra estas conductas y contra el desenfreno creciente de estas despedidas y celebraciones.

Son hechos que van más allá de la gamberrada. Constituyen "una situación vejatoria y de violencia", señalan desde la Fundación Rais -la Red de Apoyo a la Integración Sociolaboral, que atiende a personas sin Hogar- y que apunta que según el Observatorio Ateneo que coordina, el 47 % de las personas sin hogar ha sufrido al menos un incidente o delito de odio, y casi un 25 %, una agresión de carácter físico. Explica Luis Perea, director de Causa en Rais, que son conductas provocadas por la intolerancia y los prejuicios, y que igual que se recogen como agravantes la xenofobia o la homofobia, "es urgente que en el Código Penal, quede tipificada la aporofobia" como tal.

El caso de este indigente polaco, de 34 años, que llegó andando hasta España, ha conmocionado a los propios comerciantes de la capital de la Costa Blanca.

Recuerda la Fundación Rais que cada 6 días muere una persona sin hogar en España y que es necesario activar medidas para atajar esta realidad.

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