Los terroristas de Barcelona y Cambrils tenían como objetivos Benicàssim y el festival Rototom Sunsplash
Los yihadistas realizaron varias búsquedas en Internet para atentar en la ciudad castellonense el día 19 de agosto del año pasado
Castellón
Benicàssim, y en concreto el festival Rototom Sunsplash, aparecían como objetivos de la célula yihadista que atentó en las ramblas de Barcelona y en Cambrils en agosto del año pasado. La ciudad castellonense era una de las posibilidades que barajaban los terroristas que también pusieron su punto de mira en discotescas y monumentos de la capital catalana.
A través del análisis del contenido de un móvil hallado en las ruinas del chalé de Alcanar, previsiblemente pertenece a Mohamed Hychami, que murió abatido en Cambrils, los Mossos d’Esquadra han encontrado diversas búsquedas por Internet en las que aparece el nombre de Benicàssim. Una localidad que está a solo 76 kilómetros de Alcanar, un hecho que, según los investigadores, facilita llevar una furgoneta con explosivos hasta Benicàssim.
La célula de Alcanar comenzó a planear un posible atentado en la ciudad castellonense el día 13 de agosto del año pasado con búsquedas como “Rototom Sunsplash festival 2017 Benicassim”, “carpas Benicasim 19 de agosto 2017” o “discoteca Benicássim”. Los investigadores sostienen que los terrotistas querían buscar eventos públicos multitudinarios para tener una mayor repercusión mediática con su ataque.
Uno de los aspectos más relevantes es que los yihadistas pretendían atentar en Benicàssim o en el Rototom poco después del ataque en Barcelona.
Por cierto, el sumario del caso también ha revelado que el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, mantuvo cuatro entrevistas con miembros del CNI y de la Guardia Civil mientras cumplía su condena por tráfico de drogas en la cárcel de Castellón.
Cabe recordar que durante su periodo en la prisión castellonense, entre 2010 y 2014, Es Satty supuestamente mantuvo contacto con algunos de los terroristas detenidos tras el atentado de Madrid el 11 de marzo de 2004. La Subdelegación del Gobierno en Castellón reclamó la deportación de este religioso tras cumplir su condena pero un juez de Castellón aceptó el recurso de Es Satty y evitó su expulsión. Unos años más tarde, en 2017, el Imán de Ripoll murió en la explosión de Alcanar en la que también resultaron heridos otros siete terroristas.