La relación secular de la Universidad y la Virgen de la Vega

Salamanca

Dentro de un par de semanas comenzarán las fiestas de Salamanca en honor de Santa María de la Vega, cuya imagen se encuentra en la Catedral Vieja, a donde llegó desde las huertas de la Vega. Un recorrido en el que aparece en varios momentos la Universidad de Salamanca.

Este es el argumento de nuestra cita Bajo el Cielo de Salamanca: La Virgen de la Vega y la Universidad de Salamanca.

Un encuentro que comienza hace muchos, muchos años, siglos, y en un lugar conocido como “Las Huertas”, donde se funda una ermita dedicada a Santa María, que después se convertiría en Santa María La Antigua y al final, Santa María de la Vega. Junto a ella se van a establecer agustinos en un espacio indeterminado entre los siglos VII-VIII. El primer documento conocido relacionado con la ermita de Santa María de la Vega es de 1150. Estos agustinos establecidos en Salamanca es muy probable que fuesen los mismos de San Isidoro de León. De allí llegan religiosos principales de la Orden, que tendrían mucho que ver en la creación en el convento levantado junto a la ermita de una Casa Colegio, que ya se menciona en el Libro Becerro de San Isidoro, y que coincidiría con el nacimiento del Estudio Salmantino.

Es la primera aparición en escena de la Universidad de Salamanca.

Los agustinos se toman muy en serio el Estudio y ponen reglas muy duras a los que vienen a estudiar a esa casa – colegio, que a partir del siglo XVI ya es uno de los colegios menores de la Universidad de Salamanca. Los colegiales que venían a Salamanca lo hacían con la exigencia de terminar la carrera y recibían todos ellos seis mil reales de vellón cuando terminaban el examen en la Capilla de Santa Bárbara, aunque era en realidad un préstamo, que debían reintegrar cuando pudieran.

Por su parte, la popular imagen de la Virgen de Salamanca sale del monasterio de la Vega por los destrozos que los franceses causan en 1812. Es llevada a la iglesia de San Polo y de aquí a la de San Esteban, de los Padres Dominicos. Es el año 1842. Una vez establecida allí es necesario restaurar la imagen, antigua y dañada por la guerra, una tarea que paga de su bolsillo el catedrático Pedro de Manovel en el año 1863.

La imagen no se queda en San Esteban. De hecho, sabemos que se encuentra en la Catedral Vieja de Salamanca. En el camino de los Dominicos a la Catedral aparece de nuevo la Universidad de Salamanca. Lo hace de una manera indirecta. El 20 de agosto de 1882 se decreta el paso de la fiesta de la Vega del 15 de agosto al 8 de septiembre por el obispo Mariano Martínez Izquierdo. Poco después, en 1904, se traslada a la Catedral Nueva para darle más impulso a su devoción. Un traslado que coincide con el cincuenta aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen, que, recordemos, es jurada por los doctores de la Universidad de Salamanca y preside la Capilla de San Jerónimo, Capilla de la Universidad de Salamanca.

Y todavía habrá una nueva aparición de la Universidad, que llega a nuestros días: las ruinas del viejo monasterio de la Vega y su Casa Colegio son adquiridas por el empresario salmantino Vicente Rodríguez Fabrés, que proyecta en ellas una institución educativa para jóvenes del campo salmantino y un asilo para ancianos. Para ello pone todos sus bienes al servicio de la causa: Joaquín de Vargas Aguirre realiza los planos, y la obra se finaliza en 1912. Antes, se ha creado un patronato que rige la Fundación Rodríguez Fabrés, de la que forma parte el Rector de la Universidad de Salamanca. La institución imparte formación profesional y concede becas, incluso para estudios universitarios.

Dentro de esa institución se conservan aún arcos que fueron del viejo santuario de la Virgen de la Vega.