¡Ave Mario!

Aranda de Duero

¿Quién dijo que el ciclismo era un deporte aburrido? La etapa reina de la Vuelta júnior a la Ribera del Duero desmontó esa teoría hasta para los más escépticos. Cambios de líder, dos valientes que ponen patas arriba la prueba y un tercer invitado que hurga en la herida de un Acrog mermado.

Así se firmó una jornada épica de ciclismo que finalmente tuvo premio para la ambición de Mario Aparicio, ganador de etapa, y la escuadra belga, que con mucha sangre fría, mantuvo las diferencias para llevarse la general con Jarne de Paar.

KILÓMETRO A KILÓMETRO

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La etapa prometía y no defraudó. Comenzó la jornada tranquila tras los primeros kilómetros que llevaron a los corredores hasta el primer alto de la jornada el Alto Baralto. Miguel Sánchez (Fundación Óscar Pereiro) coronó el primer lugar.

Pocos kilómetros después el nombre propio sería en de Jorge González que fue el más rápido en el Sprint Especial al paso por Gumiel de Izán. El pelotón seguía compacto sin grandes sobresaltos antes de abordar el paso el paso por la Meta Volante en las calles de Aranda de Duero. Santiago Cadavid (Lintxu) se llegó el premio gordo del día y con él la general de la clasificación.

Se habían recorrido ya 35 kilómetros y llegaron los primeros incidentes. Primeras caídas de una jornada que resultaría muy accidentada finalmente. Siguiente objetivo el Premio Especial en Área Tudanca que se llevaría Álvaro Cobo (Corbatas Pindal)

Con el paso por el Premio Especial iba a comenzar la etapa iba a entrar en el terreno del puro espectáculo. Se percibía en el ambiente que se iban a descartar las hostilidades. Giro de izquierdas tras el Alto de Milagros, paso por Fuentelcésped y la velocidad comenzaba a subir como preludio de lo que estaba por llegar, Montejo de la Vega y por ende el Alto de Valdevacas. La dificultad montañosa más esperada por todos.

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Por todos y en especial por el MMR de Mario Aparicio que entró en escena para escribir la líneas más apasionantes de la III edición de la ronda ribereña. Ataque del ribereño que se llevaría consigo metros después a su compañero de equipo, Pelayo Sánchez. Ambos, a lo Contador con 40 kilómetros por delante emprendieron una aventura que acabaría con la victoria ante los suyos del ribereño. Pero lo mejor fue la forma de lograrla, de trabajarla, de sufrirla. Sensacional.

Aparicio ya avisó al inicio de la ronda, "tenemos opciones de estar entre los mejores y vamos a pelear por ello". No iba de farol el ribereño, ganador este año de la Vuelta a Valladolid. Tan en serio fue el ataque que poco a poco fueron creciendo las diferencias. Tiempo que pusieron patas arriba la carrera según avanzaba la carretera. Mario llegó a estar más de 1:20 por delante o lo que es lo mismo por momentos fue el ganador de la Vuelta en una exhibición sensacional que demostró lo maravilloso que puede ser este deporte. Pero el trabajo del resto de aspirantes al triunfo comenzó a mostrarse por detrás. Saltó Garrido (Polartec). Todo el mundo esperaba que los Contador movieran ficha y lo hicieron hasta el punto que a falta de 27 kilómetros para el final el representante del Polartec contactara con Aparicio y Pelayo. Una neutralización que dejaba en esos momentos al ribereño sin el premio gordo de la vuelta. Garrido estaba 10 segundos por delante en la general de los dos MMR. El trío de cabeza seguía aventajando entorno al minuto de un grupo de favoritos donde marchaba el líder, Jarne de Paar (Acrog) que apenas se inmutaba esperando su oportunidad y el trabajo de sus compañeros. Sangre fría.

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Y poco a poco se iba a ir escribiendo la misma historia de la pasada edición. Tras el enorme trabajo del mexicano Islas el Acrog acabaría sitiado a De Jonk al frente de la general final. Lo mismo ocurrió en esta ocasión. La exhibición de Mario Aparicio, junto a su compañero y tras la llegada de Manuel Garrido fue perdiendo tiempo. Aunque en los últimos diez kilómetros aún hubo momentos para la duda ya que la ventaja volvía a ascender a los 40 segundos. Una diferencia que de crecer y con los segundos de bonificación en línea de meta podrían provocar que fuera el Polartec el ganador de la ronda. Fue más un anhelo que una realidad porque de nuevo las diferencias se redujeron.

Ya solo quedaba la disputa de la etapa y ahí Mario Aparicio no iba a fallar por pundonor, por raza, por el trabajo realizado, por estar en casa y porque lo tenía en la piernas fue el primero en rebasar la línea de meta con el saludo de todos sus paisanos. ¡Ave Mario!

A reglón seguido entrarían el resto de corredores y protagonistas de una III edición de la Vuelta Ciclista a la Ribera que volvió a ser espectacular en cuatro días de ciclismo que volvieron a enamorar por las carreteras de Soria, Segovia, Valladolid y Burgos. Ahora la organización, excelente de nuevo, trabaja en sorprender nuevamente el próximo año, en una IV ronda que, con toda seguridad se celebrará del 15 al 18 de agosto con nuevos trazados.

LOS RIBEREÑOS DESTACARON

Por otro lado, el gran trabajo durante todo el año para demostrar su potencial en su tierra dejó resultados elocuentes para el Artepref Team y el Recambios Callejo. El gran protagonista en las filas de los de Saúl González fue Alejandro Franco, cuarto en la clasificación de la montaña y presente en la escapada del día en la tercera etapa y también durante algunos kilómetros en la etapa reina. El equipo fue 23º.

Por su parte, los de Héctor García y Ángela Callejo fueron 16º en la clasificación por equipos y además Sergio García fue segundo en la clasificación de Metas Volantes, entre los resultados más destacados.

CLASIFICACIONES

Con el desenlace de la última etapa de la ronda ribereña se conocieron los ganadores de todas las clasificaciones de la prueba. Los vencedores, aquí.