Inesperado, horrible y justo mal comienzo

Eibar

Inesperado y horrible, pero totalmente justo mal inicio del Eibar en la nueva temporada 2018-19. Perdío de forma totalmente clara contra el recién ascendido y debutante en Primera Huesca en Ipurua por 1-2, después de una primera parte horrorosa, para olvidar, completamente alejada de lo que se espera de un equipo de Mendilibar. Y cuando regalas 45 minutos, por mucho que sea un equipo que se estrena en la categoría, lo normal es que lo acabes pagando. El Eibar lo pagó con una derrota justa contra el Huesca.

El conjunto armero estuvo irreconocible. Ni estuvo sólido en defensa, ni apretó en ataque, ni se hizo fuerte en el centro de campo. Ninguna de las señas de identidad del Eibar de Mendilibar de estos últimos años apareció, y eso lo pagó el equipo eibarrés. Lo que pasa es que lo pagó caro. Porque dejó volar tres puntos contra un rival directo que esperemos no eche en falta en la recta final de la temporada. El 0-1 del Huesca, el zig-zag de Alex Gallar por la banda derecha, resume lo que fue el Eibar en la Primera parte. Un equipo permisivo, sin tensión ni intensidad, un equipo que no es de Mendilibar. Y así llegó más tarde el 0-2. Una falta lateral, mal defendida por todos, que dejaron pasar de forma incomprensible un balón que se metió en la portería de Dmitrovic sin que nadie tocada. Gallar sacó desde el centro de campo.

Que Dmitrovic fuera el mejor del Eibar cuando se había cumplido la hora de partido define cláramente la actuación armera. Es verdad que tras el descanso, especialmente con los cambios, mejoró algo. Pero fue completamente insuficiente. Un espejismo de lo que realmente estaba haciendo el Eibar. De forma inesperada mostró una versión muy mala, que si no rectifica no le sirve para lograr el objetivo y la ilusión de seguir en Primera. Con todo, no se puede esconder que terminó el partido apretando en busca del empate, espoleado por su público (el poco que acudió, porque apenas hubo 4.200 espectadores en Ipurua) y por el 1-2 de Escalante. Y tampoco se puede obviar que el árbitro, ni el VAR (ya me dirán para qué sirve si no es capaz de rectificar eso), vieron un penalti clarísimo sobre Sergi Enrich que podría haber supuesto el empate definitivo. Pero a pesar de eso, el Eibar estuvo horrible, y mereció marcharse de Ipurua con esa inesperada pero justa derrota contra el Huesca.