Unionistas de Salamanca debuta en Segunda B con tres puntos históricos

Salamanca

La Segunda División B regresó a Salamanca capital, y lo hizo por la puerta grande. Victoria de Unionistas ante el Pontevedra en el regreso de la capital del Tormes a la división de bronce tras la extinción de la UD Salamanca. El gol de Adrián Llano entra en la historia también del club, al ser el primero en la categoría para los blanquinegros.

Los primeros minutos, lógicos de contemplación entre los dos equipos, dejaron un par de remates por equipo sin consecuencias. El primer varapalo para Unionistas de Salamanca llegó en el minuto 10 de partido, con la lesión de Ayoze Placeres. El central se retiró y entró en su lugar Iván Robles.

Pau Cendrós pasó a formar parte del centro de la defensa, y Robles se quedó en el lateral. Aunque la posesión era del Pontevedra, fue Unionistas el que tuvo en el minuto 20 la más clara del partido hasta el momento. Una falta botada por Góngora en tres cuarto de campo de Unionistas la remató Pau Cendrós en el segundo palo y su cabezazo impactó en el larguero de la meta de Edu Sousa.

Como respuesta, en el minuto 25 el Pontevedra tuvo otra falta escorada a la parte derecha, aunque esta sin mayores consecuencias que la intervención de Molina, que despejó el cuero aunque dejó un gesto feo que parecía una lesión.

El partido ganó en intensidad. En el 28, Manjón se quedó solo frente a Edu Sousa tras un pase alto de Piojo; la defensa estuvo más rápida y desbarató el peligro para Unionistas. Pasaban los minutos y el choque se igualó, tanto en el marcador como en el verde, hasta que en el minuto 35 un pase largo preciso a Piojo, en el pico derecho del área del Pontevedra, acabó en otro pase hacia Adrián Llano, que armó su pierna y batió por alto a Sousa. Un buen gol, histórico, para el debut de Unionistas en la Segunda B.

Los charros se vinieron arriba, empujados por la fuerza del tanto de Llano. Un centro a través de una falta de Góngora se paseó por el área pequeña del Pontevedra, con mucho peligro, aunque ningún jugador metió la caña para que pudiera haber gol.

Ahí murió la primera parte del choque. La segunda empezó como se cerró la inicial. Empuje charro y más protagonismo en el centro del campo, ante la calma del Pontevedra, que no quería volverse loco. Góngora, en el 47, ejecutó un lanzamiento de falta lejana que se fue por poco desviado de la meta visitante. El de Unionistas demostraba ser un buen lanzador a balón parado, poniendo en aprietos a Edu Sousa.

Iván Robles tuvo una doble oportunidad en el 53: un tiro al borde del área y otro en el rechace de este, que no atajó Sousa. El meta estuvo acertado ante el acoso blanquinegro, que intentaba meter el segundo del partido.

Contrarrestó el Pontevedra esto con dos cambios: Arruabarrena y Álex González entraron en Las Pistas. Los gallegos tenían protagonismo en el terreno de juego, aunque sin cercar la meta de Molina. Pasaban los minutos mientras Roberto Aguirre movió el banquillo. En el 66 entró Carlos de la Nava en sustitución de Peli.

El Pontevedra miraba el reloj cuando transcurría el minuto 72. Los gallegos no querían irse de vacío de Salamanca, y por ello lo empezaban a intentar con más ahínco a través de las bandas, y también en los córners.

Unai Hernández accedió al terreno de juego en sustitución de Guille Andrés. Aguirre rotó a hombre por hombre. En el 77 una nueva falta de Góngora se perdió por la parte derecha de la meta de Edu Sousa, aunque la afición ya ha dejado claro que se va a enganchar a cada acción parada de este jugador.

Le costaba a los de Luismi acercarse a la meta de Molina. Había más posesión que otra cosa sobre Las Pistas para el Pontevedra. Los charros ofrecieron durante todo el choque mucha seguridad defensiva, algo vital en Segunda B.

Unionistas cerraba el choque con aproximaciones tímidas sobre la portería de Sousa. Un activo Unai Hernández lo intentaba, mientras que el Pontevedra veía cómo se escapaban las opciones de victoria. Los charros jugaban, de hecho, en el campo gallego.

En los cinco minutos de descuento, el Pontevedra desaprovechó una falta a balón parado que pudo poner en apuros a Molina; nada se jugaba ya... y el colegiado decretó el final.