El calor obliga a cambiar de hora el Celta-Atlético

Vigo

Cuando en la COP21 de París se analizaba en profundidad las consecuencias y los daños colaterales del cambio climático, se referían a todos los países del mundo y, por ende, a todas las regiones de todos los países del mundo. Aquello de que en Vigo o Galicia siempre llueve, está muy bien para los debates acalorados en la Meseta o para seguir con los estereotipos. Lo de Ourense y Arbo como máximas de España este verano no es una leyenda celta ni un invento de Meteogalicia para hablar de supremacía climática gallega. No olvidemos que Vigo estuvo con restricciones de agua hasta diciembre y con un serio problema de abastecimiento. Situación subsanada, afortunadamente, por las intensas lluvias que cayeron a partir de enero. Curiosamente el día que la Ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, recibia al alcalde de Vigo, Abel Caballero para hablar de soluciones a este problema, la Liga entró en razón y aplicó la Doctrina Rubiales sobre el calor y los horarios. En el acuerdo de la Federación Española de Fútbol con el Consejo Superior de Deportes, antes del verano, se puso como barrera una temperatura superior a 28 grados y una humedad del 70% para que no se jugase antes de las 18:30 horas. Pero bajo el estereotipo "siniestrototálico" de Galicia "dónde la lluvia es arte y Dios se echó a descanar", la Liga había puesto el Celta-Atlético de Madrid para las 16:15 horas del sábado. Aunque la meteorología no es una ciencia exacta y puede variar, desde la semana pasada el pronóstico ya avanzaba que Vigo estaría con temperaturas próximas a los 30 grados. Con la previsión actualizada al martes, La Liga se reunía con Atlético y Celta y decidía el cambio de hora a las 18:30 horas aplicando la doctrina Rubiales en este asunto. Será una buena noticia para la integridad de jugadores, público y personal que trabaja durante el partido. El otro día, durante el Celta-Espanyol, tres vigilantes de seguridad sufrieron pequeños desvanecimientos o mareos provocados por el importante calor que hacía a pie de campo a la hora del partido. Y es que en Vigo también hace calor.