La pesadilla del Consorcio de Bomberos de Gran Canaria

Las Palmas de Gran Canaria

El presidente del Cabildo de Gran Canaria ha obligado por decreto a los bomberos a cubrir las fiestas del Pino en Teror. Como es sabido los trabajadores de este servicio de emergencia están en continuo conflicto con la institución, y precisamente ahora apuntaban que no había personal suficiente para ir y se negaban a realizar horas extras. Parece evidente que Antonio Morales no podía permitir que a la primera fiesta de Gran Canaria no asistieran los bomberos de la isla, es una cuestión de seguridad. Aparte debe quedar el conflicto laboral y si el decreto es o no la solución.

Desde la creación de esta herramienta a la que también pertenecen 19 municipios de la isla, salvo la capital y San Bartolomé de Tirajana que se negaron a entrar o se salieron del mismo con gobiernos del PP, no ha habido nunca paz social en el Consorcio. Y esto debe ser solucionado de inmediato. No puede ser que un servicio de emergencia tan importante como este no esté garantizado. No puede ser que se tengan en Gran Canaria cerca de 200 bomberos del cabildo para menos de la mitad de la población y el servicio no funcione, mientras Tenerife tenga prácticamente esa cantidad para toda la isla y siempre haya bomberos para realizar sus servicios. En la isla de Gran Canaria existen más de 350 bomberos y no para la conflictividad, los dos municipios que están fuera aportan más de 160 bomberos.

Resulta palmario que los bomberos de la isla se han convertido en una auténtica pesadilla para los ayuntamientos y para todos los partidos y personas que han gobernado el cabildo desde su creación y esto resulta insostenible, tanto, que en las últimas semanas asistimos a un quema intencionada de más de 25 vehículos en Jinámar, de trabajadores que no tenían seguro a todo riesgo, que les costará Dios y ayuda conseguir un nuevo coche, que vieron delante de sus narices como se les quemaban, cuando si se hubieran actuado a tiempo el daño hubiera sido mucho menor.

Yo no tengo absoluta certeza de quién es la culpa de esta situación, ni soy especialista en emergencias, ni juez y mucho menos bombero, pero de lo que sí estamos seguros es que el servicio por el que pagamos mucho dinero de todos, no funciona, ni ha funcionado nunca en la isla con normalidad.

A la espera de las resoluciones judiciales que están pendientes. Los bomberos quieren ser funcionarios porque lo dice la ley, apuntan que el servicio siempre ha estado mal gestionado y que el cabildo no cumple la ley. El Cabildo destaca el absentismo laboral, continuas bajas de los trabajadores y enmarca todo en un conflicto laboral para ganar en continuas mejoras para ellos.

Pero lo que no se puede ser es que la gente se sienta desprotegida en una materia tan sensible y aunque los anteriores responsables del cabildo no hayan resuelto esta papa calienta, ahora es el momento de la toma de decisiones legales definitivas, no sea que un día pasen cosas peores. Ya esto es demasiado. Mejor con diálogo y sino lo que diga la norma.