La Iglesia suspende por diez años al sacerdote leonés que abusó de alumnos en La Bañeza y Sanabria

Astorga

Diez años de reclusión en un convento fuera de la Diócesis de Astorga y la prohibición de ejercer el sacerdocio en ese mismo periodo de tiempo. Es la condena que la ha impuesto la Congregración para la Doctrina de la Fe al cura leonés José Manuel Ramos Gordón por abusar de un menor en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria entre 1981 y 1984. Unos hechos que la investigación abierta por la Diócesis a petición del Vaticano considera probados a pesar de que el sacerdote no los ha reconocido.

Esta es la segunda condena canónica contra Ramos Gordón, que estuvo confinado un año en una residencia de sacerdotes por otro caso de abusos, que también se remonta a la década de los años 80, esta vez en el Seminario de La Bañeza. A pesar de la reincidencia, la justicia vaticana no ha optado por aplicar la pena máxima recogida en la legislación canónica: la expulsión de sacerdocio. El obispo de Astorga Juan Antonio Menéndez explica que esa sanción se reserva para casos en los que los abusos se detectan prácticamene "in fraganti". En el caso del sacerdote leonés, recuerda, han pasado 35 años y el cura "durante su última etapa ha vivido un sacerdocio normal y positivo"

Sin compensaciones económicas

El Obispo de Astorga no atenderá las demandas de la otra víctima de Ramos Gordón, la del Seminario de la Bañeza. Pide que se reabra el caso para esclarecer todos los abusos que tuvieron lugar en ese centro y una indemnación de 300.000 euros por los daños sufridos. Ambas peticiones, dice Juan Antonio Menéndez, son inasumibles. "No tengo ninguna sentencia canónica ni civil que me avale para poder hacerlo", se justifica.

Lo que sí ha hecho es pedir perdón a la víctima, que no podrá acudir a los tribunales civiles porque estos delitos han prescrito. En el Vaticano tiene lugar también otro proceso por abusos sexuales contra otro sacerdote de la Diócesis de Astorga cuya sentencia aún no se conoce.