Reclaman la excomunión del ex-párroco de Tábara

Los antiguos alumnos del seminario menor de la Bañeza y del seminario mayor diocesano de Astorga víctimas del sacerdote José Manuel Ramos Gordón piden su excomunión y piden también penas para quienes encubrieron sus abusos. Abusos por los que acaba de ser condenado a 10 años de retiro fuera de la diócesis. Una “pena” que decepciona a sus víctimas.

Que el obispo de Astorga considere la sanción “ejemplar” como dijo al hacerla pública, es para estos ex seminaristas, añadir “dolor al sufrimiento”. Las víctimas de Ramos Gordón dicen que no se puede llamar castigo a los 10 años de vida contemplativa fuera de la diócesis que se le han impuesto como castigo. Y recuerdan al obispado de Astorga que ya se comprometió a jubilar al sacerdote cuando se le declaró culpable en el primer caso de pederastia, el del Seminario menor de la Bañeza.

El segundo caso que se ha considerado probado (el del colegio Juan 23 de puebla de Sanabria) fue anterior, cometido a comienzos de los años 80. Tras abusar entonces de algunos de sus alumnos, Ramos Gordón fue trasladado a la Bañeza, donde siguió como educador y cometió los abusos por los que ya fue apartado. Los ex seminaristas agradecen el valor del obispo de Astorga, pero recuerdan que sólo ha actuado cuando le ha instado a hacerlo la Santa Sede. A las víctimas no se les puede devolver la infancia robada, pero les sería más reparador si el cura que les atormentó fuera excomulgado y si se castigara también a quienes encubrieron los abusos y no actuaron.