Ninguna ciudad gallega garantiza la autonomía a personas con problemas de movilidad

Santiago de Compostela

Desplazarse en silla de ruedas es más complicado de lo que parece. Una persona tarda alrededor de año y medio en aprender a manejarla. Incluso pasado ese tiempo no será completamente autónoma. La razón es que no se trata sólo de destreza, sino de accesibilidad, una tarea pendiente en Galicia. La Confederación Gallega de Personas con Discapacidad denuncia que ninguna ciudad gallega garantiza la plena autonomía a personas con problemas de movilidad, como es el caso de las que necesitan silla de ruedas.

COGAMI ha organizado una andaina en Santiago de Compostela para que los políticos puedan vivir en primera persona las dificultades a las que se enfrentan cada día. Paradas de bus inadaptadas, pasos de peatones que resbalan con la lluvia, bordillos, pavimentos irregulares, edificios sin ascensor, locales con rampas de inclinación imposible... La lista es larga.

Una veintena de personas, entre diputados autonómicos y concejales, han realizado un recorrido en silla de ruedas entre la estación de tren compostelana y el Parlamento de Galicia. Todos han reconocido que quedan deberes por hacer. Los problemas afectan tanto a los edificios privados como públicos. Incluso en obra nueva las condiciones de accesibilidad son escasas. Tanto los políticos como los miembros de COGAMI coinciden en que la normativa establece unos mínimos insuficientes para asegurar la igualdad a los ciudadanos.

Según el coordinador de técnicos de COGAMI, sólo el 10% de los edificios de más de dos plantas tiene ascensor. Incluso el Parlamento de Galicia, la casa de todas y todos, suspende en accesibilidad. El presidente de la cámara, Miguel Santalices, se ha comprometido a sacar adelante un proyecto para revertir la situación.