La Calle de Don Paco

Valencia

Malilla no es un barrio patrimonial. No arquitectónicamente hablando. Su patrimonio es rural, hidráulico y toponímico. En el imaginario colectivo de los valencianos del Cap i Casal, Malilla es el paradigma de barrio de entre vías, periférico, arrinconado entre avenidas y playas ferroviarias. Un barrio de la Valencia devastada de Rafa Lahuerta, pero sin el prestigio y la popularidad que sí tienen otros como el Cabanyal, Patraix o Benimaclet. Un barrio destartalado, de nueva planta y ya con calles con tres o cuatro líneas de fachada distintas y edificios con medianeras a la vista y fuera de ordenación.

Una de esas calles que no lo parecen, entre descampados y fincas a medio construir, se encuentra rotulada bajo el nombre del compositor y pedagogo musical Francisco Llácer Plá. El rótulo, sobre la medianera de una finca, como no podía ser de otra manera, indica su trazado entre la carrera de Malilla y el muro de las vías del tren. Como siempre, un escueto músico, entre paréntesis, no hace justicia al más vanguardista de nuestros compositores musicales del siglo XX.

Don Paco, como era conocido cariñosamente por sus discípulos y amigos, fue compositor, pedagogo y director de coros, conocido y reconocido maestro de varias generaciones de músicos valencianos y pionero en la renovación del lenguaje de la música valenciana.

Nacido en 1918 en el seno de una familia sin tradición musical, Don Paco recibió su primera instrucción en el Patriarca para recalar posteriormente en al Conservatorio de Valencia junto a grandes maestros de la música valenciana como Pedro Sosa o López Chávarri. Después de la Guerra Civil, Francisco Llácer finalizó sus estudios musicales, pero fue entonces cuando se empezó a interesar por la música contemporánea y las vanguardias musicales europeas, en las cuales se formó de manera autodidacta. Don Paco empezó de esta manera a dar los primeros pasos en el camino hacia la modernidad de la música valenciana de la segunda mitad del siglo XX. Don Paco fue, sin temor a equivocarnos, un avanzado a su tiempo

A lo largo de su dilatada carrera dirigió orfeones, corales y coros, impartió clases y conferencias, ejerció de jurado y crítico musical y compuso más de setenta obras. Y por todo ello recibió homenajes y condecoraciones. Incluso una calle, la que hoy nos ha traído hasta aquí. Un merecido recuerdo en el espacio público conmemorativo, la calle de Don Paco.