Fútbol
SPORTING 1 - LAS PALMAS 0

El Sporting encuentra el camino

Victoria de prestigio de los rojiblancos, que marcaron en su primer disparo a puerta y perdonaron varias ocasiones en la segunda parte para ampliar su ventaja

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Gijón

Seamos sinceros: a la entrada de El Molinón no muchos de los 20.500 sportinguistas que acudieron al partido se hubieran jugado mucho dinero a que el equipo rojiblanco le iba a ganar a la Unión Deportiva Las Palmas. El escepticismo era lógico dada la trayectoria de ambos equipos, pero si el fútbol fuera tan fácil todo el mundo acertaría las quinielas. Para sorpresa de muchos, el Sporting ganó, y además lo hizo con toda justicia. Solo le faltó al equipo rojiblanco poner la guinda con una goleada mayor, porque en la segunda parte tuvo varias ocasiones claras para que el puñetazo encima de la mesa fuera aún mayor. El gol de Álvaro Jiménez fue suficiente para lograr una victoria de prestigio que serena los ánimos y premió la mejora del Sporting.

Se convenció el equipo de que, en muchas ocasiones, la mejor defensa es un buen ataque. Lo hizo sobre todo en la segunda mitad, en la que fue muy superior a Las Palmas. No ocurrió lo mismo en la primera mitad, en la que los canarios pusieron más y mejor fútbol, pero con escasa profundidad. No tuvo mucho más el Sporting, pero sí el acierto de marcar en el único disparo entre los tres palos antes del descanso. En el tramo final el equipo mejoró mucho esa estadística y mostró ese carácter ambicioso que muchas veces se le ha reclamado. Porque apostar por un fútbol de contrataque no quiere decir tener que plantar el autobús delante de tu propia área.

Hasta el gol el partido, para ser honestos, no tenía muy buena pinta. La Unión Deportiva Las Palmas tocaba más y mejor que el Sporting, controlaba el mediocampo y, aunque no tenía ocasiones, sí iba inclinando la balanza hacia la portería de Diego Mariño. Llegadas sí protagonizó varias: un disparo alto de Maikel, un centro de Danny Blum que se paseó por delante de la portería rojiblanca y una acción en la que los dos centrales rojiblancos tuvieron que cerrar el paso a Tana para evitar que una prolongación de Ruiz de Galarreta le dejara solo delante del portero.

Se iba a cumplir la media hora de juego y el Sporting no había tirado a puerta. En realidad, solo había tenido una llegada: una gran jugada de Canella, centro desde línea de fondo para que Djurdjevic la empujara. Pero Cala se la quitó de la punta de la bota al serbio, que no tiene fortuna. Tampoco le ayudó el asistente, que levantó el banderín en una acción que parecía legal y que le hubiera dejado solo delante del portero.

Fue una acción aislada la que cambió el partido. Un saque de banda que Canella, enchufadísimo y muy acertado durante todo el partido, sacó rápido. Carmona tiró de calidad haciéndose un autopase, Robin Lod no quiso ser menos, y tiró del mismo recurso para asitir a Álvaro Jiménez, que disparó desde dentro del área, ajustado a la madera. Primer tiro entre los tres palos en toda la primera parte; gol del Sporting. A eso se le llama máxima efectividad.

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Dudas iniciales, arrebato final

A raíz de la ventaja en el marcador el Sporting amagó por hacer lo habitual, lo que tanto desespera a su afición: encerrarse atrás y dejar jugar a un equipo de calidad como Las Palmas. El riesgo era mayúsculo y el equipo lo entendió al paso por vestuarios. El Sporting se sacudió el miedo y se autoconvenció de que la mejor defensa es un buen ataque. Salió el equipo intenso, llegador, intentando tocar, jugar al fútbol y generar ocasiones. Buscó a Robin Lod entre líneas y la profundidad de Álvaro Jiménez, que aunque no siempre acierta, siempre lo intenta.

También apareció más Djurdjevic, al que se le volvió a resistir el gol en una acción clarísima, en la que recibió un balón a la espalda de la defensa, se plantó en el área y chutó a puerta, aunque su disparo lo repelió el portero. La jugada no acabó ahí, porque el rechazo lo buscó Carmona, al que agarró Lemos. El árbitro pitó penalti.

Dedicatoria frustrada

Carmona vivía su tarde más dura. No jugaba un partido de fútbol; disputaba el primero sin su padre, fallecido el viernes. En homenaje a él quiso jugar y para él debió haber ido el gol de penalti que quiso marcar. Tuvo el atrevimiento de lanzarlo, pero ningún acierto en la ejecución. Lo tiró raso, no muy fuerte, y no tuvo problemas el portero Raúl para detenerlo. El Molinón reaccionó como debía: con comprensión hacia el mallorquín y una enorme ovación, que se repetiría minutos después, cuando fue susitituido por Nacho Méndez.

No fue la única que perdonó el Sporting. Otra tuvo más delito que el fallo de la pena máxima. La protagonizó Robin Lod, que partido tras partido demuestra su generosidad, en muchas ocasiones excesiva. Tan malo es ser 'chupón' como no acabar una grandísima acción de contrataque. El finlandés, en posición clara para disparar a puerta, optó por ceder a Álvaro Jiménez, pero su falta de egoísmo estuvo a punto de provocar un lío, al permitir un contragolpe de los canarios.

Tuvo otra más el Sporting, en las botas del propio Jiménez, cada vez más enchufado. No hizo falta: los tres puntos se quedaron en casa y el equipo despejó dudas. Las que había en torno al equipo, las que generaba Baraja y la de que cuando juegas con ambición puedes perder, pero es más fácil ganar que cuando no haces casi nada por atacar.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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