El borrador de la nueva ordenanza de movilidad de Valencia prohíbe a los patinetes eléctricos circular por las aceras y transportar a otras personas, aunque sí podrán hacerlo por carriles bicis a una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. A 15 km/h si el carril bici está en la acera. También en ciclo calles y zonas residenciales con una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. No será obligatorio el casco, pero sí que tendrán que llevar luces y timbre, y además, se sugiere que lleven elementos reflectantes. Los catalogados como A, que no llegan a los 20 km/h, podrán circular a no más de 10 por las zonas peatonales, a una distancia mínima de un metro de los peatones, algo que tendrán prohibido los etiquetados como B, que llegan a los 25 kilómetros por hora de velocidad. Las sanciones podrían llegar a los 3.000 euros, en función del comportamiento de estos vehículos, que tendrán que aparcarse en los aparca bicis. La ordenanza incluye un anexo en el que se destaca que las empresas que quieran lucrarse con servicios de movilidad tendrán que tener una autorización específica y especial del consistorio en la que se detallaran sus obligaciones a la hora de prestar el servicio en el espacio público, aunque este trámite lo gestionará la concejalía que dirige Carlos Galiana. El concejal de movilidad, Giuseppe Grezzi, ha presentado este lunes las líneas maestras sobre las que se basa esta nueva ordenanza que cuando tenga el visto bueno del abogado del consistorio, el informe de normalización lingüista y de lenguaje no sexista, pasará a disposición de la Junta de Gobierno. Según Grezzi, los socios de gobierno ven el texto con buenos ojos. Lo tendrán que aprobar para que, antes de ir a pleno, esté a disposición de los grupos políticos y estos hagan sus observaciones. El edil explica que este borrador busca proteger y dar prioridad al peatón y al transporte público y que se que esquematiza por apartados para que sea más fácil consultarlo. Uno de estos apartados está dirigido al transporte público, EMT y taxi, sobre todo para proteger el carril bus ya que, por ejemplo, la ordenanza establece que las motos no pueden circular en este espacio. Sobre el aparcamiento de estos vehículos, que podrán aparcar en las aceras de más de 3 metros de ancho, se harán estudios específicos para regularlos en distintas zonas de la ciudad. Grezzi ha asegurado que la ordenanza incluye anexos que se podrán modificar más fácilmente a medida que se vaya desarrollando los hábitos de movilidad en Valencia. Respecto a las bicis, preguntado por si la ordenanza incluye que estos vehículos puedan girar a la derecha aunque el semáforo esté rojo, Grezzi no ha querido matizar si el borrador ya lo contempla aunque abre la puerta a que en el periodo de alegaciones se haga una modificación para añadirlo. Las bicicletas podrán seguir circulando por la calzada, porque todavía hay zonas donde no hay conexión entre carriles bici, aunque preferentemente tendrán que circular por estos últimos. Asimismo, este borrador introduce la posibilidad de que las bicicletas puedan circular en ambos sentidos en las calles residenciales, zonas 30 y zonas de coexistencia de usuarios, así como en las de limitación 30 si existe una señalización expresa autorizándolo. La nueva ordenanza contempla la posibilidad de que se establezcan en barrios como Russafa, Ciutat Vella o Benimaclet, áreas de prioridad residencial para los vecinos y vecinas, las llamadas «zonas verdes». Y recoge una demanda del sector del transporte de mercancías: se aumenta el tonelaje hasta las 12 toneladas, por ejemplo, para los camiones de bebidas y se amplía el tiempo de carga y descargar de los 20 a los 30 minutos. También se hace referencia a la directriz de la DGT para regular la velocidad a 30 kilómetros por hora en todas la calles de la ciudad que solo tienen un carril por sentido. Las reacciones de la oposición no se han hecho esperar. El concejal del Grupo Popular, Alberto Mendoza, califica la presentación de este borrador como una tomadura de pelo porque, dice, se han ocultado la mayor parte de las medidas que Grezzi quiere implantar en Valencia. El popular critica que las motos no vayan a poder circular por el carril bus porque se reduce la seguridad de los motoristas y que el concejal de movilidad haya tratado de ocultar que la futura ordenanza contemplara la circulación de bicis en sentido contrario a la marcha de los vehículos en ciclo calles, tal y como le propusieron sus amigos de Valencia en Bici. Mendoza advierte que en el punto en el que se encuentra la tramitación de la ordenanza, en fase de borrador, difícilmente va a estar en vigor este mandato lo que, a su juicio, pone evidencia el fracaso de la gestión de Grezzi. También en el ámbito político, Ciudadanos denuncia que el borrador crea intranquilidad e inseguridad para todos los modos de transporte porque tiene muchas lagunas, deja la puerta abierta a que se comentan infracciones. Temen sorpresas ocultas, por lo que piden al edil de movilidad que entregue en el mínimo plazo el nuevo texto a los medios de comunicación, a la ciudadanía y a los grupos de la oposición. El concejal de la formación naranja, Narciso Estellés, asegura que el permiso a las bicicletas de circular por el carril bici a la vez que por la calzada en paralelo, por fuera del carril, pondrá en peligro a los propios ciclistas. Además, dice el portavoz que proponer unos límites de velocidad sin saber si la Policía Local cuenta con medios para garantizar su cumplimiento es «un brindis al sol y un acto propio del Grezzi más individualista y poco colaborativo». En relación a la entrada en vigor de la ordenanza, Estellés lamenta que la ordenanza no vaya a estar operativa casi hasta el año que viene. Por su parte, la Federación de Vecinos cree que las calles peatonales deben ser solo para peatones y patinetes y bicis deberían ir andando con el vehículo hasta enlazar con carril bici, ciclo calle o calle 30. La federación ve positivas todas aquellas medidas que fomenten y den prioridad al transporte público, así como la zona de aparcamiento residencial. Aunque, su presidenta, María José Broseta, asegura que la normativa para patinetes en función de potencia, velocidad y distancia del peatón es confusa y de difícil aplicación para la Policía Local.