Sociedad

Punto y aparte

La reflexión de Ana Díez, médico de familia

OPINIÓN: Punto y aparte

OPINIÓN: Punto y aparte

02:40

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En ortografía se utilizan varios signos de puntuación. Los dos puntos abren la puerta para introducir algo sobre lo que se quiere llamar la atención. La coma permite separar algo brevemente, lo justito para poder respirar en una sucesión de palabras. El punto y seguido, aunque determina un corte, nos hace tener la esperanza de que todo continuará.

Algo muy distinto es el punto y aparte. Tal y como marca el que precede a este párrafo, el punto y aparte indica que lo anterior terminó por completo y que empieza otra idea diferente.

Por suerte o por desgracia, todo termina. En muchas ocasiones, termina espontáneamente, sin necesidad de intervenir. En otras, hay que intervenir para que se produzca ese punto y aparte, ese fin. Yo diría que es necesaria esa intervención si se quiere empezar con algo nuevo, con algo diferente a lo que sucedía hasta ese momento.

Las estaciones del año se van sucediendo de forma natural, es decir, los cambios son espontáneos. Estos cambios de estación se acompañan de numerosos cambios en las plantas, en los animales y, por supuesto, en las personas.

Y los cambios, en muchas ocasiones, son buenos. Ayudan a dejar atrás lo que nos dio problemas, lo que no nos gustó, lo que nos hizo daño y empezar otra etapa en nuestra vida que no nos dé problemas, que nos guste y, por supuesto, que no nos hiera.

No siempre es fácil. Más bien yo diría que suele ser complicado, porque, en muchos casos, uno se ve forzado a poner este punto y aparte para dejar de sentirse mal. No siempre este punto y aparte era algo buscado, sino que más bien es algo que ha tenido que hacerse por obligación, como tratamiento, porque era la única salida, porque no quedaba más remedio, porque si no se ponía, la herida se haría incompatible con la vida. En este caso, el esfuerzo que hay que hacer para escribir ese signo de punto final a lo ocurrido hasta el momento es enorme. Aunque sea un punto y aparte, que indique que continuará la vida.

Y también hay que hacer otro esfuerzo precisamente para eso, para que el punto no sea punto final, sino que se pueda volver a empezar con energía, con ganas de vivir, con ganas de comerse el mundo, que es como deberíamos vivir siempre. Porque eso es lo que nos da la fuerza y la valentía para luchar, para seguir adelante y salir victorioso de cualquier situación.

Y es que, aunque en muchas ocasiones no lo creamos, el futuro, nuestro futuro, mi futuro es ya mi presente y depende principalmente de mi, aunque tenga que avanzar con lágrimas en los ojos. Porque me enjugaré las lágrimas una y mil veces y seré capaz de poner un punto final a los malos tiempos pasados y un inicio a una nueva vida llena de alegría y esperanza.

Yo ya he puesto dos puntos que me han permitido anotar todo lo que espero conseguir a partir de ahora, un punto final a los malos tiempos y un punto y aparte bien grande, porque voy a seguir mirando al frente.

 
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