Tribunales
Tabaco

La historia del tabaco y su contrabando en Cuenca en el siglo XIX

El tabaco llegó de América en el siglo XVI. / Cadena SER

Cuenca

En el espacio ‘Así dicen los documentos’ que coordina Almudena Serrano, directora del Archivo Histórico Provincial de Cuenca, y que se emite los jueves en Hoy por Hoy Cuenca, hablamos esta vez sobre el tabaco y cómo se extendió su uso a Europa tras el descubrimiento de América. Además, veremos cómo fue muy codiciado en épocas de guerras, siendo uno de los productos objeto de robo, junto al dinero.

La historia del tabaco y su contrabando en Cuenca en el siglo XIX

18:40

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1538660795_631927/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Sabemos que el tabaco es una planta que llegó de las Indias, pero vamos a ver qué características tiene y cómo se describió hace varios siglos. Aunque el tabaco también se ha cultivado en España, procede de allende el mar océano, como se decía en el siglo XVI.

En un documento del año 1793, se escribió una breve historia de su origen y algunas otras características de esta planta que vamos a contar a nuestros oyentes:

‘Como el tabaco es un género tan universalmente establecido, no pareciera fuera de propósito decir algo sobre su origen, cultivo y modo de prepararlo.

Por supuesto, se detalla de donde es originaria y dónde se cultivaba mejor:

El tabaco es una planta originaria de la América, tan peculiar de su terreno que por más cuidado que se haya puesto en cultivarla en las demás partes del mundo, jamás se han podido criar, ni con mucho, igual a aquel. Los españoles no hallaron su uso establecido en las Yslas grandes, esto es, en Santo Domingo, Cuba y la Jamaica, sino en Yucatán, provincia de la Tierra firme por los años de 1520, le dieron el nombre de tabaco porque se cultivaba en mucha abundancia alrededor de la ciudad de Tabasco.

Y, a continuación, veremos cuáles fueron aquellas primeras opiniones sobres las propiedades y virtudes del tabaco:

Esta planta no fue muy bien recibida de todos a los principios. Los médicos, especialmente, empezaron a discurrir sobre su naturaleza, propiedades y virtudes, como si el tabaco fuese conocido en el mundo desde Galeno, Hipócrates y Esculapio, y como argüían sin principios, casi nunca se convenían entre sí.

Unos le hacían frío, otros cálido, estos le templaban con drogas, representantes aquellos corregían su frialdad con aromas. En fin, cada uno le preparaba como le parecía mexor y lo dava a los enfermos de diferentes modos, llegando a tal punto el entusiasmo que daban al tabaco el nombre de remedio universal.

Además, se habla del aroma del tabaco:

Campo de cultivo de la planta del tabaco. / Cadena SER

No solamente era el tabaco de polvo al que se atribuían virtudes, sino también el de oja. Estava este en tanta veneración entre los americanos que era el incienso y perfume más agradable que podían ofrecer a sus dioses.

El tabaco, como tantas cosas y más las que son desconocidas, fue aceptado por unos y no por otros:

Sin embargo, las personas que no estaban preocupadas, lo desestimaban por lo mismo que pretendían los demás hacerle remedio universal, aunque no negaban que el tabaco fuese bueno para algunos males, pero el querer que sirviese para todos era destruirle en lugar de hacerle valer, y no podían sufrir que se desechasen todos los remedios antiguos para usar únicamente de esta planta.

Pero, a pesar de estas contradicciones y opiniones variopintas, el tabaco se fue estableciendo con rapidez. Así se detalla cómo se fue extendiendo:

De la América se extendió hasta lo último de las Yndias orientales, y el Japón; pasó de los moscovitas a los tártaros del Oriente, inundó todas la África, la Asia menor, la Grecia, las Ungría, la Polonia y los Reynos del Norte.

Incluso sabemos por este relato en que se cuenta la historia del tabaco que muchos monarcas prohibieron su uso en sus dominios, baxo las penas más rigurosas.

Veamos quiénes lo prohibieron:

Tales fueron Miguel Tederovito, Gran Duque de Moscovia; Amurat, quarto Emperador de los Turcos; el rey de Persia, Jacobo Estuardo, rey de la Gran Bretaña, Christiano quarto, rey de Dinamarca, y otros muchos. Pero los sucesores de éstos no han seguido su exemplo y sólo han tenido a bien cargarles buenos derechos.

Los conquistadores españoles conocieron la planta del tabaco al llegar a América. / Cadena SER

El uso y consumo del tabaco llegó incluso a efectuarse en las iglesias en las que se tomaba sin reparo ni veneración al sacrifico que en ellas se ofrece.

Esto obligó al Pontífice Urbano octavo a publicar una bula por la qual descomulgaba ipso facto a todas las personas que tomasen tabaco en las iglesias.

La excomunión era muy grave en aquella sociedad. Sin embargo, de esta bula del papa, según cuenta nuestro cronista en su historia del tabaco, después se ha ido tolerando tomarle de polvo, pero no fumar el de oja en la iglesia.

¿Qué especies de tabaco se conocían en siglos pasados?

Según se cuenta en esta obra sobre la historia del tabaco se conocen en América cuatro especies de tabaco, las quales se distinguen entre sí por la figura de sus ojas.

La primera es el tabaco, o la nicociana verde.

La segunda se llama tabaco de lengua.

La tercera especie es el tabaco de Amazonas, así llamado porque su semilla fue traída de las cercanías del río de este nombre.

La cuarta es la que llaman tabaco de veriña. Este es el nombre de un pequeño lugar colocado cerca de la ciudad de Cumaná, en Tierra firme, sobre el lago de Venezuela, de donde se ha traído la semilla.

¿Cómo se diferenciaban entre ellas?

El autor de aquella obra indicó que las flores de estas cuatro especies de tabaco son idénticas en cuanto a su forma y color. Sólo se diferencia por el tamaño que es siempre proporcionado al del tallo que las a producido.

No todo el terreno sería propicio para el cultivo del tabaco. Se especifica perfectamente qué tipo de tierra requiere el cultivo del tabaco y el clima necesario:

El tabaco exige una tierra gredosa, medianamente fuerte, profunda, que no sea muy húmeda, ni muy seca.

Lo menos expuesta que sea posible a los aires fuertes y al demasiado sol, y mucho menos al frío, que le es todavía más perjudicial. Esta planta debilita considerablemente la tierra en donde se cría, y como no da de sí cosa alguna que pueda mejorarla, rara vez un mismo terreno puede servir mucho tiempo para producirla de la calidad conveniente, a no ser una tierra muy crasa y compacta porque el agua no pueda llevarse la crasitud, y muy profunda para que pueda dar la substancia que se necesita para nutrir una planta tan consumidora.

Por supuesto tenemos información de cuándo era la época de la siembra del tabaco y cómo se realizaba ésta:

Regularmente se siembra el tabaco en el mes de noviembre, se escoje para este cuanto sea posible una tierra nueva y fresca, se mezcla el grano con seis veces más de cenizas o arena, porque si se sembrara sólo saldrían las matas tan espesas que se aogarían y sería imposible trasplantarlas sin romperlas o dañar de tal modo las raíces que no podrían volver a prender.

Y también describe cómo va saliendo el grano, lo que tarda en brotar una vez sembrado:

El grano brota regularmente a los cuatro o cinco días después de enterrado. Quando empieza a salir de la tierra se ha de tener cuidado de taparle con ramas para preservarle del sol, a menos que no haya sembrado en un parexe bastante cubierto para librarle de este daño.

También había que hacer preparativos con la tierra, mientras ese grano iba creciendo, tierra en la que se debía de trasplantar si esta fuese nueva, se queman y arrancan con cuidado los troncos y las raíces que regularmente se ven tendidas sobre la tierra y que llevarían un espacio que debe ser ocupado más útilmente para las plantas.

Y ese espacio que debía ser ocupado en los troncos y raíces tenía su completo sentido y era porque servirían de refugio a los ratones y una infinidad de insectos que rodean y destruyen el tabaco.

¿Qué otros consejos se dieron para conseguir ese tabaco de buena calidad? En una copia manuscrita de un artículo relativo al cultivo del tabaco en las Indias, publicado en el Correo Mercantil, el lunes 11 de noviembre de 1793, se decía esto:

El comercio del tabaco es más útil para el comerciante que el de azúcar, añil y cacao, pues, antes que estos frutos den algún provecho a su dueño, se necesitan hacer muchos gastos, y, además esto, expuesto a perderse antes de coger la primera producción. Estos inconvenientes no se hallan en la cultura del tabaco’.

En un libro titulado ‘El tabaco en Cuba. Apuntes para su historia’ que pueden consultar nuestros oyentes en internet, se dan algunos datos curiosos del gasto de tabaco en el mundo entonces.

¿Dónde se consumía más tabaco? Pues parece que en EEUU era donde más tabaco se consumía por habitante, por término medio, al año 3.000 gramos; en Holanda, 2.800; en Bélgica, 2.500; en Suiza, 2.300; en España, 2.100; en Portugal, 2.000, en Austria y Alemania, 1900, en Suecia, 900, en Rusia y Serbia, 850, en Francia e Italia, 800, en Rumanía, 200 y en Dinamarca y Finlandia, 100.

Y en esta obra se hace esta semblanza del tabaco:

El uso del tabaco, nombre con que distinguían nuestros indios, según los cronistas, no sólo el instrumento con que hacían las ahumadas, sino también a las hojas torcidas que dedicaban para fumar, conociendo la planta con los epítetos de Cohiba, cojiba, cojoba, cojioba o cohob, la que era de gran importancia en sus prácticas religiosas.

Además, parece que se usaba en medicina como asimismo para los placeres. En efecto, fue aquella el incienso que quemaban a sus dioses en los ritos sagrados, el predilecto purgante, empleándola igualmente el médico en sus sortilegios y purificaciones, regalándose ellos, los caciques y el pueblo, con su uso en diferentes formas.

Abunda esta obra en la idea de que en los primeros años del siglo XVI, el tabaco que los españoles se habían acostumbrado a fumar a imitación de los naturales de Cuba, fue importado por ellos a Europa.

Y detalla lo siguiente sobre el cultivo y uso en España y de dónde viene el nombre de cigarro:

En Sevilla y en toda Andalucía se exparció el uso de cultivar esta planta en los jardines de las casas que los españoles llamaban cigarrales. Cada cual tenía sus tabacos en su cigarral y preparaba, o hacía preparar, rollos de esta planta para fumarlos a la usanza india. Ahora bien, sucedía que cuando ofrecían uno de estos rollos, decían: ‘Es de mi cigarral’. En breve dijeron: ‘Este cigarro es de mi cigarral’. Y de aquí el nombre de cigarro usado en el mundo entero.

El tabaco en Cuenca

Vamos a finalizar con algunos datos curiosos del uso del tabaco en la provincia de Cuenca y cómo era un producto codiciado, sobre todo, en tiempos de guerra. Por ejemplo, sabemos que en el año 1730, Antonio Precioso, que era el alcalde ordinario de Alcázar del Rey, tuvo que averiguar cuánto tabaco habían vendido los estanqueros y a qué precio.

En los años de conflicto, o cuando se asaltaban los estancos por los bandoleros y otros bandidos que recorrían los pueblos, por supuesto, se iba a por el tabaco, además de robarse el dinero o el papel sellado que se vendía.

Las guerras eran los momentos peores para estos robos en los estancos. En la provincia de Cuenca tenemos diversos ejemplos de estos robos en distintos pueblos de la provincia ocurridos, sobre todo, durante las guerras carlistas, en concreto, durante la primera.

Así, sabemos que en el año 1836, se inició un expediente a instancia de Víctor Martínez, encargado del Estanco real de Tejadillos, sobre lo sucedido al llegar al pueblo una columna al mando de un comandante, y le hicieron sacar todo el tabaco, dinero, sal y papel, que por supuesto se llevaron.

Las Guerras Carlistas, de las que hemos hablado en algún programa anterior, fueron el momento propicio para que estos desmanes proliferaran. Hay muchos casos documentados sobre robo de estancos. Otro caso que tenemos documentado ocurrió el 10 de enero de 1837 en que, al estanquero de Cañete, habiendo invadido esta población un batallón de facciosos ese mismo día, al mando del comandante Fernando Duart, pasaron a coger tabaco a su casa estanco.

Y en el pueblo de Mira sabemos cómo el 3 de marzo de 1837 fue invadido y sorprendido el pueblo por la facción del cabecilla Forcadel, Tallada 'y no sé qué otro' se asaltó el estanco de José Soler, administrador del Estanco.

En el año 1840, se inició expediente de comparecencia del administrador del Estanco y la Sal de Alcázar del Rey, por el ataque de 3 facciosos del fuerte de Beteta, que le exigieron la entrega del tabaco, papel sellado y dinero, y el valor de la sal y aceite.

Hemos visto cómo se cultivaba el tabaco, cómo se robaba, pero nos gustaría saber si en aquellos años también hubo contrabando de tabaco. El contrabando por supuesto, existió, como así lo demuestran diferentes expedientes conservados del año 1907, por ejemplo, en Cañada del Hoyo y en Cañete, contra varias personas, y otro expediente de la compañía arrendataria de tabacos contra otro vecino, por plantación de tabaco en Cañete.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00