Atascados

Las Palmas de Gran Canaria

Canarias ha luchado históricamente por salvar su aislamiento y su accidente geografía. Desde el salto del pastor para atravesar el terreno abrupto que caracteriza a este territorio hasta la actualidad con ocho aeropuertos, seis de ellos internacionales, y sus puertos capitalinos de cada isla nos permite saltar de un lado a otro en pocas horas. Por tanto, el transporte para moverse fuera de las islas estaría resuelto a pesar de las dificultades que puntualmente se puedan registrar y las incomodidades que suponen depender de dos únicos medios, el áereo y el marítimo que quedan ahora compensadas por el abaratimiento de los billetes para residentes.

 Sin embargo, Canarias sigue sin resolver el grave problema de movilidad interna, especialmente en sus dos islas más pobladas. Los habitantes de Tenerife y Gran Canaria suman horas improductivas dentro del vehículo a la espera que la inmensa cola avance para llegar al destino.

Históricamente Canarias ha tenido una precaria red de comunicaciones terrestres. Peligrosas vías que pasaban por desfiladores sin protección. Eso ocurría hace más de medio siglo. Desde entonces y todavía hoy se pide más dinero para carreteras fomentando de forma inexorable el vehículo privado frente al transporte público. Una situación cada vez más insostenible que merece reflexionar. Esta misma semana, Ramón Trujillo de IU sorprendió con un dato que en realidad todos sabíamos pero que es igualmente contundente.

En Canarias hay 821 vehículos por cada mil habitantes. Es decir que en estas dos islas pueden estar moviéndose casi un millón de coches, entre vehículos particulares, taxis, coches de alquiler, transporte público, camiones....Tener casi un vehículo por cada habitante, demuestra que el transporte público sigue siendo poco atractivo. El tranvía en la capital tinerfeña o la Metroguagua en Las Palmas de Gran Canaria son alternativas a las que deberían sumarse otras para una mayor sostenibilidad del sistema de transporte sin descartar ninguno, incluido el metro, el tren o el funicular, porque por muchas carreteras que se construyan el tráfico irá a peor. Este debería ser uno de los grandes debates, sus soluciones deberían ser valientes y siempre pensando en el ciudadano y nuestro entorno.