Se declaran inocentes de intento de asesinato

Murcia

Dos vecinos de Cieza juzgados hoy en la Audiencia Provincial de Murcia, acusado uno de ellos de inducir al otro a cometer un asesinato, que quedó en grado de tentativa, ocurrido hace ahora más de seis años, han negado los hechos y se han declarado inocentes.

Son Antonio O.A., presunto inductor, y Antonio M.Y., al que se acusa de ser el supuesto autor material del apuñalamiento de otro vecino de Cieza, que sufrió una herida de arma blanca que tardó en curar diez días.

Para cada uno el fiscal reclama diez años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, así como indemnizaciones para el herido por 1.280 euros.

El primero en declarar ha sido Antonio M.Y., quien ha dicho que "en ningún momento" habló con el segundo acusado sobre los hechos por los que está acusado.

Ha añadido que aunque ambos coincidieron en una prisión, jamás habían tenido trato, para señalar después que sí guardaba amistad con el denunciante y que el mismo día de los hechos estuvo con él bebiendo y tomando drogas.

Para este acusado, la denuncia no tiene explicación: "Quizá se explique solo porque con la denuncia a lo mejor lo que quiere es dinero".

También ha dicho que no es descartable que la lesión se la produjera el mismo herido de manera accidental, porque aquel día llevaba una navaja encima.

Antonio O.A. ha declarado que el denunciante es hermano de su esposa y que aunque las relaciones con él no eran buenas, ni se le pasó por la cabeza "ofrecer dinero a nadie para que acabara con su vida".

"Creo que lo que persigue es sacarme dinero y hacer daño", ha añadido.

El denunciante ha dicho que mantenía la denuncia presentada ante la Guardia Civil y que Antonio M.Y. le dijo poco antes de agredirle que el otro acusado le había ofrecido dinero por matarlo, aunque en ese momento no se sintió amenazado ni sintió temor por lo que acababa de escuchar.

Y ha agregado que cuando le clavó la navaja, le dijo: "Esto es de parte de tu cuñado".

Las defensas han pedido la absolución al considerar que los hechos no están probados.