Aqualia extrae 352 metros cúbicos de toallitas de la red en lo que va de año

Almería

El importante incremento del uso de toallitas y la mala costumbre de tirarlas por el váter se ha convertido en un auténtico problema para el mantenimiento de las tuberías de la ciudad de Almería.

Según los datos que maneja el área de Servicios Municipales y la propia empresa concesionaria del servicio de agua, Aqualia, entre los meses de enero y septiembre de este año en la ciudad se han limpiado un total de 1.966 acometidas por atascos de toallitas, lo que supone el tener que limpiar unas siete acometidas diarias.

Hacen cuentas así desde la concesionarias sobre la cantidad de residuos que se han extraído en estas labores de limpieza y ascienden a un total de 352 metros cúbicos de residuos.

En todo el año 2017 se limpió por parte de Aqualia 2.416 acometidas de saneamiento, que se tradujeron en 3.266 horas de trabajo del camión para la limpieza y los operarios, dos diarios, sólo para atender los atascos por las toallitas.

Ya hace un año se inició una campaña denominada como ‘Stop Toallitas’ para tratar de evitar que la gente las tirara por el retrete, pero la situación con respecto al año pasado es bastante similar. De hecho, a principios de este mes era a través del propio perfil de Twitter del Ayuntamiento de Almería cuando se procedía a solicitar a los almerienses que a través de la imagen (la que ilustra este artículo) se tenga en cuenta que “así de atrancadas se quedan las alcantarillas por el uso indiscriminado de toallitas” y que ante la próxima vez que se vaya a utilizar una “recuerde esta imagen”.

Hay que tener en cuenta que estas toallitas son un residuo que no se descompone en contacto con el agua, como sí ocurre con la celulosa del papel higiénico. El tejido del que están hechas se va acumulando con otros residuos similares en la red, donde aumentan de tamaño hasta el punto de provocar atascos en las conducciones, en las estaciones de impulsión o en las bombas.

Según Aqualia, esto multiplica las retenciones en las redes de saneamiento, malos olores y salidas de aguas fecales a la vía pública, originando problemas a los vecinos.

Hay que tener en cuenta que para extraer este tipo de residuos hay que contar no solo con personal sino también el material adecuado para ello que no es nada fácil.

El problema es grave y afecta en realidad a todos los sistemas de alcantarillado o de depuración de la provincia.

Según la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas las toallitas que se tiran en el inodoro incrementan entre cuatro y seis euros por persona y año los costes de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales.