El curso pasado se detectaron 12 casos de acoso escolar en Vigo

Vigo

El acoso escolar sigue siendo una de las principales preocupaciones en los centros escolares y en las familias. Un tema demasiado complicado como para dejarlo de lado porque en Vigo solo el curso pasado, la Federación Olívica de Nais e Pais de Alumnos (Foanpas) tuvieron que activar el protocolo de actuación en caso de acoso y en cuatro de ellos el de prevención de suicidio.

El acoso escolar empieza a gestarse en una edad temprana, reconoce Bertila Fernández, aunque hay que diferenciar las formas "el acoso a los más pequeños es a base de tortas o pellizos, en los mayores ya se recurre a las redes sociales y el problema ahí es que es un acoso permanente las 24 horas del día".

A veces el acoso es muy difícil de detectar por eso tanto en casa como en el centro es importante llevar a cabo una labor de acompañamiento. Los niños han de conocer las nuevas tecnologías de la mano de sus padres y tiene que haber como señala el profesor de San José de A Guía, Santiago Domínguez "espacios de calidad. Hay que escuchar a los más pequeño. Los padres tienen que pasar tiempo con sus hijos para poder conocer sus necesidades y por ende sus problemas".

Cuando en casa y en el colegio un niño cambia hay que estar atento. Se produce en los casos de acoso, como nos relata la psicóloga María Ferreiro, un "desequilibrio emocional. Los niños están más nerviosos, más sensibles, lloran con facilidad, tienen trastornos en el sueño o en la conducta alimenticia". Cuando tenemos ante nosotros este tipo de conductas algo está pasando.

No hay que dejar de lado un tema tan "brutal" como el del acoso y sus consecuencias. Muchos de estos casos tienen desenlaces dramáticos con casos de suicidio de víctimas que no pudieron soportar más tiempo la presión de los agresores y la falta de apoyo de su entorno social y escolar. La prevención y el diálogo tiene que estar en casa y en el colegio.

Actuemos.