Fútbol
UD Almería

El Almería mantiene en la Copa su idilio con el Estadio Mediterráneo

Almería 3 - 3 Villarreal

Grande Sekou. / Juan Sánchez

Almería

La Copa trajo al Mediterráneo toda su magia proporcionando a los ocho mil rojiblancos que se dieron cita en las gradas una demostración por la que el fútbol, a veces, se convierte en el meyor espectáculo del mundo.

Para el Almería era un partido de prestigio pensando en el duelo del domingo ante el Sporting que sirvió para mantener y acrecentar el idilio de la grada con su equipo. El Villarreal se jugaba mucho, principalmente su técnico, pero también la entidad.

Por parte rojiblanca el único titular habitual, Eteki, fue el encargado de llevar la manija de su equipo y lo hizo con la eficacia que en él es habitual. El comandante del submarino amarillo fue el veterano Cazorla, aplaudido por la hinchada local, como premio a su calidad y al gran gol sirvió para liderar la reacción de los suyos, cuando fue sustituido.

De inicio el Villarreal llevó la iniciativa del juego y creó las mejores oportunidades que Sansone, Raba y Cazorla no supieron aprovechar por falta de puntería y por el gran trabajo defensivo del cuadro local y de Fernando.

Pero poco a poco el Almería fue creciendo, comenzó a ver más de cerca la meta rival y no sólo el duelo se igualó, sino que en algunos tramos fue superior al equipo de Primera.

Chema, en dos ocasiones y Narváez en otra rozaron el gol, pero el marcador no se movió en el primer periodo. Tras el descanso el cuadro local alcanzó el premio que buscó al final del primer tramo. Mario golpeó en la cabeza a Caballero dentro del área y Chema transformó el correspondiente penalti, poniendo a su equipo por delante.

Conducido por Cazorla el Villarreal reacciona, pero los disparos de Pedraza y Sansone se encuentran con la oposición de un Fernando que nada pudo hacer ante la obra de arte de Cazorla que llevó la igualdad al marcador. El Almería acusó el golpe. Casi sin solución de continuidad un gol de Callejón en propia meta y otro de Chukwueze parecía que dejaban el partido sentenciado.

Con el 1-3 en el electrónico el Almería se liberó. Todo parecía estar perdido, pero no el orgullo y la casta de este equipo indomable. Las sacó a pasear al mal cuidado césped del Mediterráneo y se fue casi a tumba abierta a por el conjunto rival. Sacando fuerzas de donde no las había y con la entrada de Corpas y Arzura los rojiblancos recuperaron la ilusión y la afición la esperanza.

Un sueño que se encargó de encauzar el delantero del Almería, Sekou, con dos tantos de cabeza que llevaron el delirio a un graderío entregado. ¡Viva la Copa!

 

 
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