Ángeles de la Guardia

RIBERA DEL DUERO

El susto duró apenas una hora. Fue el pasado jueves 1 de noviembre, pasadas las nueve y media de la noche, cuando el personal de servicio de una residencia de personas mayores de la Ribera del Duero detectó la ausencia de uno de sus residentes, un hombre de 86 años de edad del que notaron su ausencia tras la cena.

Puesta la alerta en conocimiento de la Guardia Civil, sus agentes activaron un dispositivo de búsqueda y localización trasladando una patrulla al lugar de la desaparición. Tras verificar los hechos y recabar la información necesaria sobre el desaparecido, los guardias civiles se desplegaron de inmediato por los alrededores. Cincuenta minutos después, en una zona aislada, con maleza y de difícil acceso, los agentes localizaron a una persona, inmóvil y tumbada boca abajo, cuya descripción coincidía con la del desaparecido. Al percatarse de que estaba consciente los agentes lo ayudaron a levantarse siendo trasladado a la residencia donde su personal sanitario, tras confirmar su identidad, le prestó las primeras atenciones.

El hombre presentaba a simple vista heridas de escasa consideración en la cara, y a pesar de que tenía las ropas parcialmente mojadas no precisó más atención médica, si bien, tal y como indican desde la propia Guardia Civil, debido al intenso frío de esa noche, sin la rápida actuación de los agentes de la patrulla que se ocupó del dispositivo de búsqeda, hubiera podido sufrir un desenlace peor.