Sociedad
Crimen organizado

El líder de la banda criminal 'ETA-ASTURCÓN' era un profesional de la electrónica muy conocido en Asturias

Tenían un zulo en el Naranco, y eran delincuentes comunes, que nada tenían que ver con el terrorismo. Se autodenominaron 'Comando ETA-ASTURCÓN' para amedrentar a los empresarios que extorsionaban.

Interior del zulo hallado en el Naranco, preparado para supuestamente llevar a cabo los secuestros de la banda criminal autodenominada comando ETA ASTURCÓN. En la imagen se puede ver el somier de nuna cama. / Policía Nacional Ministerio Interior

Oviedo

El cabecilla, al igual que el resto de miembros de la banda identificados en la investigación de la Policía Nacional, llevaba una vida desahogada, con viviendas de lujo y sin escatimar en gastos. Además estaba muy bien relacionado socialmente y era conocido en Asturias. Falleció el 2012, hasta esa fecha tenía una vida paralela, como profesional del sector de la electrónica y como líder de una banda de delincuentes comunes que se hacían pasar por un comando  de la banda terrorista ETA para extorsionar a empresarios asturianos, aunque la policía cree que también actuó fuera de la región. Actuaron sin levantar sospechas entre 1974 y 2017.

La investigación policial se inició el año pasado tras el hallazgo por parte de un paseante de un zulo en una finca del Monte Naranco en Oviedo. Ahí empezó la denominada 'Operación Ermita', que sigue abierta, pero que ya ha dado pie a la identificación del líder de la banda criminal (fallecido en 2012), a una mujer, pieza muy activa en el grupo, que fue detenida y puesta en libertad posteriormente, y de otro miembro, un hombre que de momento está siendo investigado.

Según las pesquisas policiales, la detenida era la que realizaba las llamadas telefónicas para, por ejemplo, citar a los empresarios a los que querían secuestrar, o para llevar a cabo las posteriores extorsiones. Entre sus víctimas conocidas se encuentran "el propietario de unos conocidos almacenes de la capital asturiana, un médico jefe de servicio del HUCA, o una conocida escritora asturiana". 

El zulo del Naranco, que ha sido desmantelado tras la operación policial, estaba instalado para mantener a algunas de las personas que intentaron raptar si bien se duda de que alguien llegara a ser encerrado. "Tenía sistema de ventilación, y estaba impermeabilizado e insonorizado, de manera que si alguien gritaba desde dentro nadie podría oírle". Además estaba camuflado por una colmena que los criminales habían robado y que desviaba cualquier sospecha. El zulo había sido reconstruído en 2004 según los investigadores y en su interior se encontraron armas, una pistola y un cuchillo, como un pasamontañas, unas esposas, o una garrafa de combustible. En las cercanías también se encontró diversa munición.

A estos criminales se les atribuyen dos intentos de secuestro, y uno consumado, al menos, porque cabe la posibilidad de más delitos de este tipo que no hayan sido denunciados, dicen las fuentes policiales, insistiendo en que la investigación sigue abierta.

Entre los intentos destaca el perpetrado contra el dueño de Almacenes Uría, Alfredo Galán, intento de secuestro en el que un empleado suyo recibió dos disparon resultando herido de gravedad. Tras el fallido rapto, le quemaron los almacenes ocasionando al empresario pérdidas por valor de cerca de los 100 millones de pesetas. Además le extorsionaron durante años pidiéndole vía carta con el sello del comando ETA-ASTURCÓN, cantidades millonarias de dinero, e intentaran secuestrar a su sobrino.

Entre los delitos cometidos por esta banda criminal, cuyo líder no tenía antecedentes policiales, se cuentan también intentos de homicidio y estafas por valor de entre 15 y 30 millones de pesetas.

 
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