El manejo de los tiempos

Decir a estas alturas de la vida que el tiempo es relativo no es nada sorprendente ni imaginativo, es un tópico más que repetimos por costumbre abusando, en muchas ocasiones, de la frase hecha. Pero en la política y la justicia el manejo de los tiempos, lejos de ser algo relativo se convierte en fundamental. Por ejemplo, no está siendo nada exquisito, por decirlo de alguna manera, el paripé del Supremo en el asunto de las hipotecas; ayer tendrían que haber salido con una decisión de la reunión que marcaron con prisas para intentar evitar el varapalo económico a las entidades bancarias. Parece que al Alto Tribunal se le está escapando el tiempo entre las puñetas y la indecisión -algunos dirán indecisión interesada- vuelve a brotar tras esta nueva prorroga que continúa dejando todo en el aire.

Otro tribunal que parece perdido contando días es el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Sobre la mesa la posible imputación de Clavijo por el caso Grúas y la recusación de su presidente, Antonio Doreste. Por un lado siguen esperando a que la Fiscalía conteste y argumente para saber qué pasa con el proceso judicial ahora que el jefe del ejecutivo regional deja de estar aforado -hoy precisamente se publica en el BOE el nuevo Estatuto de Canarias-. Por otro lado la recusación no ha sido admitida a trámite todavía. Como ven, aquí los relojes no parecen llevar la misma hora; el de la Fiscalía retrasa mientras el del BOE adelanta. El TSJC sigue preguntando la hora. 

Y ojo porque tampoco parecen llevar la misma hora AENA y el Cabildo de Tenerife. Lío a la vista con las obras que se han anunciado en el aeropuerto Tenerife Sur. Unos ven una nueva terminal y los otros una ampliación insuficiente. El anuncio de la licitación llegó, por cierto, ayer lunes, el día de la puesta de largo de Canarias en la World Travel Market, algo que ha sentado mal a algún dirigente.

Todo se resume, como ven, en manejar bien los tiempos y por lo que parece, bien por desidia o por impaciencia, la política y la justicia han dejado de poner en hora sus relojes.