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SPORTING 2 - MÁLAGA 2

Carmona amaina el temporal y estira el ciclo de Baraja

El Sporting salva un punto en el minuto 94 pero la afición vuelve a estallar ante un equipo que no convence y sigue al filo del descenso

LaLiga.es

Gijón

Pocas veces a lo largo de su centenaria historia el Sporting habrá afrontado un derbi en una situación tan crítica como el que disputará el sábado. Llegará en una situación clasificatoria pésima, más cerca del descenso de lo que el más pesimista podía imaginar, y con unas sensaciones futbolísticas ciertamente malas. Las más recientes, las de este domingo en el empate contra el Málaga, no fueron las peores posibles, pero tampoco convincentes. Da la sensación de que este equipo, ahora mismo, no da para más. Y lo que ofreció este domingo no es suficiente. El gol final atenúa la crisis y le sirve a Rubén Baraja para ganar una semana, pero no para cambiar la dinámica, ni futbolística ni ambiental. El Molinón sigue desesperado, indignado y exigiendo cambios que no llegan, en ninguna de las parcelas del club.

En el carrusel de emociones que fue el partido, en el que el sportinguismo pasó por el enfado, la esperanza, el cabreo y el alivio, el Sporting logró salvar un punto en el minuto 94 gracias a una gran jugada de Neftali y Carmona, pero sigue sin ganar desde hace más de un mes y sin ofrecer una imagen de autoridad. Esta vez puede servir como excusa el potencial del rival (aunque el Málaga llegaba en cuadro) o el criterio arbitral (que no pitó penalti a favor del Sporting en una jugada similar a la que sí provocó una pena máxima en el área rojiblanca), pero la realidad es que las semanas pasan, la situación no mejora y todo el mundo empieza a asimilar que solo un milagro permitirá pensar en algo más que la permanencia. Desde luego, tendrá que ocurrir algo más que el mero paso del tiempo.

La primera parte deparó un partido aburrido y una imagen de los rojiblancos simplemente aseada. En una situación límite como la actual, se esperaba algo más de un equipo al que Baraja sigue estrujando en busca de un resorte que permita una revolución. La evolución del mediocampo del Sporting demuestra los malabarismos que trata de hacer el entrenador para cambiar a su equipo: de los teóricos titulares (al menos los parecían intocables hasta hace un par de semanas) solo sobrevive Carmona. Sousa y Álvaro Jiménez ya no van ni convocados y Cofie y Robin Lod han pasado a ser suplentes. Cuatro fichajes que no tienen hueco en el equipo cuando la situación se complica. Significativo y revelador.

Ante un rival al que no le importa (al contrario) ceder la posesión de la pelota al rival y esperar en su campo, el Sporting pareció tener algo más de fluidez que en otras ocasiones, pero con poquísima o casi nula profundidad. Vale de muy poco tener el balón si no pruebas al portero rival, como es habitual por parte del equipo gijonés. El bagaje ofensivo del Sporting fue pobre, aunque todo depende de con qué se compare. Un disparo fuera de Djurdjevic desde la frontal del área grande tras controlar un rebote, un remate de cabeza desviado de Álex Pérez y un disparo de Isma Cerro que se fue alto. No tuvo tampoco grandes ocasiones el Málaga, aunque Gustavo Blanco y Koné sí protagonizaron un par de acciones de peligro y Mariño tuvo que esmerarse para atrapar en dos tiempos un disparo de Juanpi tras el rechazo de una falta.

El árbitro, protagonista

Tras el descanso empezaron a pasar cosas. Entre ellas, la falta de un criterio arbitral justo. Porque si el derribo de Álex Pérez a Juanpi fue penalti (que posiblemente lo fue), también debería haberlo pitado cuando Lombán previamente derribó a Djurdjevic en el otro área, con un manotazo en la cara y un agarrón.

El Málaga no aprovechó el penalti (Blanco lo estrelló en el poste) pero sí para que el rebote llegara a las botas de Juanpi, que sin que se sepa muy bien de dónde, apareció en el área para batir a Mariño.

El penalti claro que no había señalado anteriormente sí lo pitó el colegiado en un derribo menos cantoso sobre Carmona, que el propio futbolista balear se encargó de transformar. No falla Carmona desde los 11 metros, ni siquiera cuando no tiene su mejor tarde. Y tampoco se le puede reprochar nunca el interés por ejercer de ese líder que Torrecilla reclamaba en sus curiosos argumentos de la semana previa.

Poco duró la alegría, porque el Málaga dio un paso adelante y en dos minutos primero remató a la cepa del poste y después Kone, otra vez apareciendo en el área desde atrás, marcaba el 1-2.

Cuando empezaba a digerirse el drama, una gran internada de Neftali, con pase de la muerte para Carmona, permitió al Sporting salvar el 2-2. Un resultado que no contenta a nadie. Desde luego, tampoco a la afición, que volvió a pitar a los jugadores, al entrenador y al palco. Pidió a gritos la oportunidad para José Alberto López, el entrenador del filial, y dejó claro de nuevo que un gol de coraje en el último minuto no tapa la miseria de esta temporada. Una más. Esta vez el presidente Javier Fernández estuvo en el palco para comprobarlo.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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