Sociedad

El bosque, en otoño, es terapéutico

La reflexión de Ana Díez, médico de familia

El bosque, en otoño, es terapéutico

El bosque, en otoño, es terapéutico

03:19

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/009RD010000000198429/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Shinrin-Yoku, este termino puede ser conocido para los que siguen y leen todo lo que se publica sobre estilos de vida y salud física y mental. Pero si lo traduzco y digo baños de bosque, lo entenderá todo el mundo. Yo lo había probado en innumerables ocasiones porque me encanta salir al campo y pasear, pero lo de este fin de semana ha sido increíble. Claro, se han dado unas cuantas circunstancias favorables: lluvia, viento, otoño, colores maravillosos en los árboles y en el campo en general y aire limpio. Y, por supuesto, buena disposición por mi parte.

Esta denominación de baños de bosque se popularizó en Japón en los años 80 con el fin de que los ciudadanos de las grandes ciudades retornaran a la naturaleza. Y, de allí, se ha extendido al mundo entero.

Es tan fácil como salir a pasear por el campo o el bosque con los cinco sentidos conectados para ver las maravillas de la naturaleza. Para oír el agua, los pájaros y hasta nuestros pasos. También para escuchar el silencio. Para oler el campo y el aire después de un buen chaparrón. Para sentir el contacto con las gotas de lluvia y las hojas que vamos encontrando por el camino. También para hacer alguna paradita a pensar o meditar si no lo hacemos a lo largo de la semana, que eso siempre es bueno.

Diversos estudios han conseguido demostrar que no es otra moda más, sino que aporta enormes beneficios: alivia el estrés, reduce la presión sanguínea y hasta disminuye los niveles de glucosa en sangre. Mejora el sistema inmunitario y, por lo tanto, nuestra capacidad defensiva. En el aire del bosque flotan numerosos microorganismos emitidos por las plantas y cada vez aparecen más evidencias de sus propiedades antinflamatorias y de control de la multiplicación celular descontrolada. Un paseo por el bosque estimula la actividad del sistema nervioso parasimpático, que se acompaña de mayor relajación, y todo ello conlleva una ayuda importante en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Además, el ejercicio que se hace ayuda a combatir la obesidad y encaja perfectamente dentro de los llamados hábitos saludables. Es apto para cualquier edad. Y ya se empiezan a prescribir como parte de muchos tratamientos y hasta se han creado rutas específicas para ello.

Los beneficios son no solo físicos, sino también psicológicos, pues disminuyen la ansiedad, el insomnio y hasta el estado depresivo. Es más, hay estudios que indican el efecto tremendamente positivo de los bosques sobre los niños que viven rodeados de ellos. Estos niños presentan mayor volumen de sustancia gris y blanca cerebral, así como un aumento de su capacidad de atención. Parece que también tienen más facilidad para adaptarse psicológicamente a todas las circunstancias y estimula en ellos el descubrimiento, la creatividad y la asunción de riesgos.

Constituye una razón más para cuidar nuestros bosques y nuestro aire, para procurar que se mantengan en buen estado para nosotros y para todas las generaciones venideras.

Y no es necesario vivir en ningún sitio en concreto. Este fin de semana yo no he salido al campo; simplemente he paseado atentamente por los parques y jardines de mi ciudad. Porque un parque o un jardín frondoso de una ciudad es suficiente. Únicamente hay que salir con un espíritu positivo o dispuesto a encontrarlo. Porque, si miramos detenidamente, estoy segura de que encontraremos ese lado positivo en todo, aunque a veces nos cueste mucho.

Si todavía hay quien dice que el otoño es triste, por favor, que salga a dar un paseíto por el campo, ya verá cómo cambia de opinión.

 

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00