Palencia me duele

Palencia

"Palencia me duele" es la frase que hace unos días me dijo un familiar muy cercano, palentino de pro, que, por ganarse la vida, decidió hace muchos años emigrar de nuestra ciudad y recalar en las Baleares.

Lo que me quería transmitir era su rabia por el desconocimiento que hay de Palencia y su provincia en la sociedad española. Muchos ni siquiera saben ubicarla en un mapa de España. Menos aún su gentilicio. Tampoco podrían nombrar algún monumento relevante, y eso que somos una de las provincias con más e importante patrimonio histórico y cultural de Europa.

Son muchas las causas que han propiciado esta situación y no pretendo tirar piedras contra nadie. Pero el análisis que acabo de hacer es cierto. Ni aunque la canción diga que “bebiendo vino nos conoce hasta el Papa”. Nada más lejos de la realidad.

Nosotros mismos, durante muchos años, hemos contribuido a ello. Un ejemplo es la Catedral, que la conocíamos como “La bella desconocida”. Algo que sería inaudito en cualquier otro lugar, ya que estamos dando un mensaje negativo. Enhorabuena a los que fueron capaces de darle la vuelta y propusieron el nombre de “la bella reconocida”.

Año tras año, Palencia está a la cola de los datos estadísticos sobre turismo. El número de plazas hoteleras por habitante es el más bajo de toda España. La cifra de pernoctaciones de viajeros también. Esto a pesar de que en los últimos años se han abierto nuevos establecimientos hoteleros, ha crecido de forma incansable el turismo rural y el Camino de Santiago “Francés” supone un atractivo de primer orden.

Muchos Ayuntamientos, la Diputación o la Junta de Castilla y León, así como entidades privadas, llevan a cabo diversas iniciativas, todas ellas muy interesantes y dignas de reconocimiento. Pero no basta con eso, a las pruebas me remito. Necesitamos estrujarnos el cerebro y, entre todos, lograr dar con la llave que nos permita poner con letras mayúsculas dónde está Palencia en el mapa.

Podemos fijarnos en otras provincias que se encuentran en una situación similar y aprender de sus aciertos. Me estoy aludiendo a la última campaña de una multinacional del mueble que ha tomado a Teruel como estandarte. Cuando vi el anuncio en televisión sentí mucha envidia sana. Creo que hay muchas provincias que estamos en una situación similar y tendríamos que trabajar, de forma conjunta, para que se nos conozca, al menos, a nivel Nacional. La fuerza de muchos puede hacer que la situación actual cambie.

No va a ser la solución a los problemas poblacionales que tenemos, pero ayudará a crear puestos de trabajo de toda índole y a que, si se realizan las inversiones precisas en polígonos industriales e infraestructuras, pueda haber un futuro para una provincia como Palencia que languidece poco a poco. En esto también tienen que echar una mano la administración regional y, sobre todo, la estatal.

Por supuesto, los demás no nos podemos quedar parados. Por eso, hay que fomentar las iniciativas privadas, como ocurre en otras zonas de España, como Pirineos o la más cercana Cantabria. También las administraciones locales tienen que poner su montaña de arena, siendo creativas, remando al unísono y trabajando de cara al futuro.

No se puede querer lo que no se conoce. Por eso, ver a Palencia en el mapa es la única manera de que nos deje de doler a los palentinos.