Lecciones de vida sobre hielo
Jóvenes patinadores guipuzcoanos muestran la disciplina y el arduo trabajo que hay detrás de este deporte
Lecciones de vida sobre hielo
Bilbao
Años enteros de entrenamiento que se miden en tres minutos de competición. Así resumen quienes practian el patinaje artístico una disciplina que califican de muy sacrificada. Los 50 niños y niñas del club Txuri Berri de Donostia entrenan sin descanso para la gala Mary Poppins on ice que representarán los días 28 y 29 de diciembre (a las 21.00) en el Palacio de Hielo Txuri Urdin de San Sebastián. Semanas antes, han estado en A vivir que son dos días Euskadi.
Lecciones de vida sobre hielo
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Para Jonathan Levers, entrenador, el patinaje aporta algo más que los valores propios de un deporte, aporta lecciones de vida. Algo que comparten Myriam Ramos y Esther Albás, madres y miembros de la junta directiva del club.
Intza Etxeberria comenzó a patinar con tan solo tres años y es una apasionada de esta disciplina, al igual que Iker Oyarzabal que, a sus 16 años, lleva una década patinando. Entrena entre dos y tres horas todos los días, lo que supone patinar cerca de 15 horas por semana. "Para aprender hay que caerse pero hay que aprender a lenvantarse y seguir. Lo peor no son los cortes, porque estos se curan rápido. Luego hay muchos golpes, incluso esguinces o hasta roturas de brazos, pero, si te gusta, sigues adelante". Raquel Blázquez tiene 9 años y reconoce que a veces se enfada en el entrenamiento. "Porque no me salen las cosas", asegura. Al igual que Nurlan Uriagereka que, a sus 12 años demuestra su perseverancia practicando una y otra vez hasta que consigue lo que se ha propuesto. Nurlan afirma que quiere seguir con el patinaje "sin dejar los estudios, que son muy importantes".