¿Por qué son necesarias las familias de acogida de menores en Cuenca?

Cuenca

En la provincia de Cuenca hay 175 menores tutelados por la Consejería de Bienestar Social a fecha de noviembre de 2018. 96 de ellos están en acogimiento residencial y el resto en familias de acogida, un programa en el que participan en la actualidad más de 80 núcleos familiares de la provincia de Cuenca. Desde la Consejería promueven la ampliación de estas familias acogedoras, algo de lo que hemos hablado en Hoy por Hoy Cuenca con Ricardo Luengo, jefe de servicio de Familias y Menores, y con Ana Eslava, jefa de sección de Menores de la dirección provincial de Bienestar Social en Cuenca. También nos ha acompañado Ángel Bonilla, coordinador de la Asociación de Familias de Acogida de Cuenca (Acofam).

El acogimiento familiar es una medida de protección temporal debido a que, de forma puntual y circunstancial, los menores no pueden convivir con sus familias de origen. Los niños pueden pasar entonces a acogimiento residencial o familiar. En el primer caso, la Consejería de Bienestar Social dispone en Cuenca de varios hogares residenciales con unas 90 plazas. “Este acogimiento se intenta hacer en núcleos pequeños de convivencia”, según explica Ricardo Luengo. “Nos puede venir a la mente la imagen de orfanatos de otras épocas o de otras latitudes, pero en Castilla-La Mancha intentamos que las unidades de convivencia sean de un máximo de ocho niños e integradas en el entorno para que los niños puedan llevar una vida lo más normalizad posible”.

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El acogimiento familiar es una medida por la que se encarga a otras familias la guarda de estos menores. Aquí se puede dar el caso de que los niños sean acogidos por miembros de su misma familia biológica, lo que se denomina familia extensa, o que sean recibidos en el hogar de una familia ajena de entre las que se ofrecen para este tipo de acogimientos y que pueden ser de dos miembros o formada por una sola persona.

Como requisitos se pide que sean mayores de 25 años, que estén empadronados y residan en Castilla-La Mancha, no contar con una suspensión que les impida la tutela de menores y no estar inscrito en los registros de antecedentes penales o por delitos sexuales. “En general, casi cualquier familia puede formar parte del programa de acogimiento porque buscamos familias normales, que estén preparadas y motivadas y que tengan la posibilidad y la capacidad de hacerlo”, explica Luengo.

“Las familias biológicas pierden la custodia temporal de sus hijos por diferentes motivos al ser negligentes en el cuidado de estos”, según apunta Ana Eslava. “Tenemos casos de menores que sufren maltrato o abuso sexual, desidias en los cuidados, estar en entornos que no cubren las necesidades básicas a las que tienen derecho los niños. Básicamente son entornos que no favorecen el desarrollo en los niveles que cualquier menor debe tener”.

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Ante las cifras de menores que necesitan acogimiento, tanto la Consejería de Bienestar Social como la asociación Acofam realizan un llamamiento para animar a acoger temporalmente a niños. “Tenemos un gran número de menores en acogimiento residencial que nos gustaría que pudieran estar en una familia ya que el objetivo por el que trabajamos es la plena integración de estos niños en familias en las que van a tener unas referencias estables, unos vínculos afectivos claros, el desarrollo de un apego seguro. Es fundamental para esto que tengamos un número amplio de familias de acogida lo que nos facilita el emparejamiento de cada menor, algo que cuidamos mucho”.

Desde Acofam se prepara a las personas de acogida para que los menores puedan mantener el vínculo con sus familias biológicas y para saber afrontar el despido de los niños cuando sus familiares puedan volver a ocuparse de ellos. El coordinador de esta asociación, Ángel Bonilla, ha hecho hincapié en el objetivo del programa “que los menores vuelvan con sus familias biológicas en cuanto sea posible”.