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El hacinamiento del Centro de Hortaleza provoca hasta 45 bajas en la plantilla

El personal del Centro de Menores de Primera Acogida de Hortaleza va a trabajar con miedo. El hacinamiento, el estrés, las peleas y la falta de recursos, para poder realizar sus labores de intervención, forman parte del día a día del centro. La Inspección de Trabajo ha enviado un requerimiento a la Comunidad de Madrid para que reduzca el número de plazas.

CADENA SER

Ana y Jose son educadores del Centro de Primera Acogida de Hortaleza, dos de los pocos que no han caído enfermos a lo largo del año. "Las condiciones de insalubridad por el hacinamiento, los riesgos psicosociales y los factores de estrés que estamos sufriendo son insoportables. El hacinamiento genera caos, el caos agresividad y la agresividad peleas. Estamos continuamente en alerta. Eso determinante en el número de bajas. La mayoría son por estrés y angustia y esto va a seguir así hasta que no se desmasifique el centro." En lo que llevamos de 2018 se han producido 45 bajas laborales de empleados de diferentes categorías profesionales, la mayoría del sector educativo, casi la mitad de la plantilla.

Llevan así desde hace tres años y por mucho que protestan con cartas al defensor del pueblo, a la fiscalía, a los medios de comunicación, no ven cambios "y eso también pasa factura". "Se van creando plazas con cuentagotas pero mientras no se cambie el criterio, como los menores tienen que salir de aquí con una medida de protección y nosotros no tenemos tiempo para hacer nuestros informes, se mantiene el cuello de botella".

El centro era una parte fundamental del sistema de protección de la Comunidad de Madrid. "Antes nos llegaban menores que tenían problemas familiares, menores abusados, con familias violentas y desestructuradas a los que ayudábamos. Los trabajadores sociales ya no nos los mandan porque saben que van a tener que dormir en el suelo y estos chavales llegan a los diferentes recursos de la administración sin valorar. El resto de centros de la red ya se han quejado por ello. Este era un pilar básico del sistema que ya no existe".

Tampoco tienen medios para trabajar con los MENAS y, de nuevo, frustración: "Cuando trabajas con migrantes tu objetivo principal es que aprendan el idioma que se formen profesionalmente para que a partir de los 18 puedan conseguir autonomía económica. Esto tampoco se lo podemos dar. Ellos llegan con unas expectativas muy altas. Se han jugado mucho viniendo en patera, han visto morir a amigos en el mar y cuando llegan aquí les dices que tienen que dormir en el suelo y hacer horas de cola para comer o poder ir al baño. Nosotros materializamos el fiasco del que han sido objeto."

Durante los tres últimos años no ha dejado de aumentar el número de menores que llegan al centro, se ha llegado sobrepasar en un 400% la ratio de ocupación. "Cuando tienes a 120 chavales y un comedor en el que sólo caben 24 (hay cinco turnos), tu trabajo es que hagan fila y explicar al número 25 que tiene que esperar hasta el turno siguiente. Y como son chavales juegan en la fila, se empujan y luego los juegos derivan en agresiones y al final te acabas viendo en una melé. Te giras rápido y te has cascado el menisco." Esta situación se repite en desayuno, comida y cena pero también para ir a clase de español, ver la tele o para jugar a baloncesto. "Cuando los vas a despertar por la mañana después de que han tenido que ‘mal dormir’ en el suelo, les tienes que tirar de la manta para que se levanten porque están en el pasillo, ahí la posibilidad de que te den un patada es alta"

Los trabajadores aseguran que van al centro con miedo porque no saben con lo que se van a encontrar cada día. En los últimos meses se ha reforzado la plantilla "pero de manera insuficiente" la gente que está en la bolsa de trabajo rechaza la plaza si es en Hortaleza "y viene gente nueva sin experiencia en menores, directamente del paro y, encima les hacen contratos de dos meses y medio y cuando ya conocen más o menos el trabajo que hay que hacer, los echan y contratan a otro nuevo por el mismo tiempo."

Entre los fijos las bajas son continuas: "De los educadores del turno de mañana este año todos han estado de baja en algún momento, del turno de noche el 65 %, de los ‘corre turnos’ el 50% de los compañeros están de baja y en el fin de semana el 30%. Encima las bajas no se cubren hasta que pasan más de 15 días.

El mes pasado la Consejería de Políticas sociales ha aumentado la ratio de ocupación 15 plazas más hasta las 50. "Lo han hecho de forma unilateral, han colocado unas cuantas literas y creen que con eso han solucionado todo. Sentimos que no nos respetan y que nos están maltratando. Además, incluso con esta nueva ratio superamos la ocupación en un 300%

 
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