Claves de la revolución en el Villa de Aranda

Aranda de Duero

El Villa de Aranda tenía decidido, incluso antes de la mala imagen dada frente a Puerto Sagunto, buscar algunos refuerzos para potenciar la plantilla. La forma de perder contra el conjunto valenciano no solo ha alimentado esa decisión sino que ha hecho aumentar la dimensión de la reestructuración a realizar.

La primera decisión es maniobrar sobre el equipo técnico. El primer acierto de la actual directica ha sido reconocer al fin que no ha sabido crear un grupo de personas adecuado para trabajar conjuntamente en diseñar un proyecto deportivo. Según avanzaba este lunes la Cadena SER, aunque Ricardo Jiménez ha reiterado su decisión de dimitir y salir del club, por el momento sigue. No estará solo y contará con algunos puntos de referencia para diagnosticar qué ocurre en un club que ha consumado dos descensos consecutivos y acumula actualmente muchos méritos para que pueda darse un tercero.

Las consultas han sido varias al respecto y las respuestas de querer ayudar han sido afirmativas. Nadie va a entrar a trabajar dentro del organigrama del Villa de Aranda pero una de las voces más autorizadas que han sido pulsadas ha sido la de Rubén Esteban, representante arandino. Él y alguna persona más son una especie de órgano consultivo que han colaborado en valorar la situación actual y en dar su opinión de cómo puede fraguarse una salida a la crisis.

Nadie escapa a ser cuestionado porque los resultados obligan a una reflexión muy profunda y a la toma de decisiones. Escuchar es un primer paso pero ejecutar aquello que se propone será lo más difícil. También lo más necesario. Habrá una reunión con Juan Moreno para valorar la conveniencia de su continuidad que, salvo descalabro en la próxima y última jornada de 2018, está asegurada pero que, como la de cualquier entrenador, estará vinculada a los resultados.

Los jugadores también están bajo sospecha. Habrá fichajes y habrá salidas. Quienes no compiten o están muy por debajo del potencial que se les presume, serán invitados a buscarse otro equipo. No se ha cuantificado el número porque el informe que lo determine depende de varias conversaciones que se van a seguir manteniendo con la dirección deportiva, entrenador y asesores externos. Nadie tiene su puesto asegurado y los refuerzos que se pretenden persiguen potenciar la defensa y el ataque. La primera faceta está siendo un fracaso y es una obviedad que se precisan jugadores especialistas. En ataque, la lesión del pivote Braz puede obligar a pretender un jugador para esa posición a la par que se está peinando el mercado para buscar central y lateral.

La temporada va camino de llegar a su ecuador. Ni la distancia respecto a la zona de permanencia es insalvable (está a 2 puntos) ni se da por cerrado un proyecto que va a ser matizado y para el que se garantizan nuevos actores.