Con lo que podría haber sido...

Valencia

Si no hubiese marcado Fellaini ese gol en el minuto noventa del partido de la última jornada entre el Manchester United y el Young Boys, este partido de Mestalla sería la leche. Si hubiera habido VAR en la fase de grupos y no solo a partir de octavos de final de esta Champions, habría anulado ese gol de Fellaini y este partido de Mestalla sería la leche. Pero también, si el Valencia hubiera hecho bien sus deberes y sobre todo hubiese ganado su partido en Suiza en la tercera jornada, este partido de Mestalla sería ahora la leche.

Pero nada de eso pasó. La realidad es que el Valencia, a falta de una jornada para la conclusión de la fase de grupos, ya está eliminado de la actual edición de la Liga de Campeones, con lo que el partido contra el United carece de interés puramente futbolístico en el devenir de una competición de la que el Valencia se despide a las primeras de cambio, pero sí que puede tener trascendencia para el devenir de la nueva competición que se le abrirá al equipo a partir del mes de febrero, la Europa League.

¿Y por qué tiene relevancia este partido en el desarrollo posterior de la Europa League? Pues porque está en juego la condición de cabeza de serie para la eliminatoria de dieciseisavos de final. Y para serlo, el Valencia tendría que ser uno de los cuatro mejores terceros de los ocho equipos que caen de la Champions a la Europa League. La configuración de los dos bombos es muy sencilla: en el de cabezas de serie estarán los primeros clasificados de todos los grupos más los cuatro mejores terceros de Champions y en el bombo de los no cabezas de serie estarán los segundos clasificados de todos los grupos más los cuatros peores terceros de Champions.

El otro aliciente que tiene este partido es el económico. Ganar un partido de Champions supone un ingreso directo de 2,7 millones de euros. Vamos, una cantidad muy relevante y notablemente superior a las que se pagaban hasta la temporada pasada. El empate se paga a 900.000 euros. Así pues, el Valencia de momento lleva ingresado solamente por el concepto de resultados 4,5 millones de euros gracias a su única victoria contra el Young Boys y los empates también ante los suizos y ante el United en Old Trafford. Los otros dos resultados fueron dos derrotas en sendos enfrentamientos contra la Juventus.

Pero vamos, que quitando estos dos alicientes, podríamos llamar “menores” en comparación con lo que podría haber sido un choque con la clasificación para los octavos de final de la Champions en juego, este partido contra el Manchester United en Mestalla sin interés clasificatorio en liza ya se dio una vez. Hubo un Valencia - United oficial pero intrascendente hace 18 años y medio. En marzo de 2000 a los dos equipos les convenía un empate en la última jornada de la segunda fase de grupos que entonces se disputaba para acceder ambos a los cuartos de final y, como era lógico, empataron; además con el público coreando un irónico “que se besen” al final. Claro, en aquella ocasión los dos equipos estaban satisfechos. Ahora sólo lo están los ingleses.

La presencia del canterano Kang In Lee es la principal novedad en la lista del Valencia. El joven jugador surcoreano se entrena habitualmente con el primer equipo y esta temporada ya ha jugado algunos partidos en la Copa del Rey. En la convocatoria no está por sanción José Luis Gayà y por lesión Jeison Murillo, Gabriel Paulista y Kevin Gameiro, además de Gonçalo Guedes que está fuera de España buscando una solución para sus constantes problemas de pubis. Pero lo más importante, hablando en negativo, es que los cuatro tienen difícil llegar al partido verdaderamente trascendente que, como ha reconocido Marcelino, es el del sábado contra el Éibar.