Sostenibilidad y transgresión, esencias del vino

Bilbao

Los suelos arcilloso-calcáreos y quebradizos Moreda orientados hacia el sur, en Álava, ofrecen tantas opciones a la industria vitivinícola que Carlos Bujanda Fernández de Piérola tomó, allá por el año 1996, la firme decisión de aprovechar la cosecha de los viñedos familiares abrigados por la Sierra de Cantabria en la zona oriental de la Rioja Alavesa. Allí creó las Bodegas Fernández de Piérola, caracterizadas por la calidad, pero también por la sostenibilidad, la tecnología y la vanguardia.

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El equipo del programa A vivir que son dos días Euskadi se ha desplazado hasta el municipio alavés para conocer de cerca la esencia de una empresa en crecimiento. Rodeado de viñedos, la bodega acoge en sus entreñas cerca de 1.200.000 botellas. En este momento, están trasegando los vinos y atendiendo la campaña de Navidad. En el campo, se está podando la viña, tal y como ha explicado Antonio Elizondo, agricultor de Moreda.

Según ha explicado Bujanda Fernández de Piérola, en el municipio cuentan con un microclima específico. "Contamos con una singularidad en nuestros vinos frente a los modelos más estándares que tratan de buscar productos absolutamente normalizados y con una cadencia siempre igual. Siempre hemos pretendido que nos aporte valor la singularidad, la tipicidad, esos elementos que nos hacen diferentes y, el microclima, el suelo y las personas participamos de ello".

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Las Bodegas Fernández de Piérola exportan sus vinos a cerca de 20 países. "Estamos creciendo en los mercados exteriores, aunque el grueso de las ventas sigue asentádose en el mercado nacional. Es una industria hiper-competitiva", explica.

Si algo distingue a esta empresa es la sostenibilidad. "Además de predicar, debemos dar ejemplo. Cuando tenemos un problema tan serio y relevante como es el cambio climático -prácticamente estas zonas desaparecerían por ese fenómeno-, todos tenemos que poner nuestro granito de arena, no solo la Administración. Todos tenemos nuestra gota de responsabilidad. No solo trabajamos en las fuentes energéticas clásicas sino también en los propios proveedores. Buscamos que estén compromitedos con prácticas sostenibles", afirma. Ejemplo de ello es el molino eólico en régimen de autoconsumo que en 2015 implantaron, un proyecto pionero a nivel estatal y cuya energía duplica las necesidades de consumo de la propia Bodega. Precisamente el molino preside la nueva etiqueta que saldrá próximamente. "Teníamos la intención de actualizar la etiqueta y le hemos incorporado la silueta del molino eólico en nuestro vino crianza con una imagen más limpia y actual", cuenta Carlos Bujanda Fernández de Piérola. Sostiene que "hay una mezcla de tecnología, de alma y arte, donde cada uno le da ese matiz y ese elemento fundamental. Y el resultado final es una cadena de eslabones para que sea satisfactorio para todos".

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Tras la creación de Bodegas Traslascuestas en Ribera de duero, Bodegas Cyatho en rueda, están inmersos en la puesta a punto de las instalaciones de Bodegas FyA que acogerán su primera vendimia el próximo año. Se trata de un proyecto con cuatro pilares destacados: vitivinicultura, enoturismo -con la creación de un hotel con spa-, la sostenibilidad y la cultura. Junto a la elaboración de un vino singular, fresco y transgresor, proyectan la creación de un huerto solar, así cómo un museo de alfarería, un espacio museístico compuesto por 850 piezas de cerámica en homenaje a la tradición alfarera de Navarrete. Para ello, cuentan con el asesoramiento de Toño Naharro, alfarero que en la sintonía de Cadena SER Euskadi ha explicado que "Navarrete está montado en un monte de arcilla y ésta es una buena excusa". Además, Enrique Martínez Glera, especialista en cerámica y doctor en Historia del Arte, ha detallado que, hay piezas que van desde el siglo XII hasta la desaparición de la alfarería en los años 60 del siglo XX, piezas relacionadas con el agua, con el aceite y con las actividades que se desarrollaban en los pueblos".