Cómo la crisis Sarabia-Clemente casi acaba con el Athletic

Bilbao

Ha sido, posiblemente, la crisis más profunda que ha afectado al Athletic como club. Un drama. La afición se partió por la mitad. La junta directiva se alineó con un jugador, Manolo Sarabia, y los futbolistas con el entrenador, Javier Clemente. Un equipo campeón, con dos títulos de Liga, uno de Copa y otro de Supercopa, saltó por los aires.

37 años después, las heridas siguen abiertas. Los dos protagonistas ni se saludan. Pero aquel día, nada más finalizar un partido de Liga frente al Hércules, el "rubio de Barakaldo” se descolgó con una frase lapidaria: “Manolo Sarabia no volverá a jugar conmigo en el Athletic”. En ese momento arrancó la mayor crisis institucional de un club que cumple 125 años.

“Yo hice titular a Sarabia”

“Manolo Sarabia estuvo conmigo cinco temporadas. Con 23 años era suplente. Koldo Agirre, el entrenador, no lo ponía, decía que era muy blando. Sin embargo, yo creía que podía ser muy útil para nosotros. Yo le hice titular. Sin embargo, luego se dio la paradoja que, al final, fue Sarabia el que me creo todos los problemas. Bueno, no solo a mí, sino que en realidad fue a todo el equipo. Se sentía insustituible", rememora Clemente.

Continúa su relato el exentrenador diciendo que "yo le dije que me parecía bien que se sintiera insustituible, pero te callas. La plantilla también le dijo que se callara, que todos tenían derecho a jugar. Él no hizo ni caso. Era un jugador muy bonito de ver. Su público se manifestó en un partido contra el Hércules en el que tuvimos muchos problemas para ganar. La Junta decidió echarme, a pesar de que los compañeros de Manu fueron donde la Junta para decirles que eso no se podía hacer. Ese fue el inicio de romper el Athletic”.

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La plantilla, a favor del entrenador

La grada estaba absolutamente dividida, partida por la mitad. A un lado, los clementistas. Al otro, los sarabistas. Dos bandos irreconciliables, en guerra permanente. En medio, la plantilla y la Junta directiva presidida por Pedro Aurtenetxe. “La Junta directiva fue muy temerosa con los medios informativos. Hay una cosa clara. Puedes ir con mala clasificación y que la gente este dividida. Pero si la prensa publica el nombre del presidente, ya sabes que te queda poco tiempo. Si hablan del presidente, no pasa nada. Si dicen el nombre y el apellido del presidente sabes que te la decisión está a punto de ser tomada. Lo que no aguanta un presidente es ver su nombre y apellido publicados en un periódico junto a cosas negativas del club”, afirmó el técnico a Radio Bilbao.

“Yo me llevaba muy bien con el presidente y la Junta directiva. Es más, todo el equipo fue a hablar con los directivos. Zubi, Dani, Txato Núñez..., vamos, los capitanes. Y les dijeron que no. No sirvió de nada” comentó.

La directiva intentó poner paz

Las rencillas venían de lejos. El año anterior, la directiva rojiblanca intentó un pacto de no agresión entre los dos protagonistas. Sin embargo, nada pudo calmar el ambiente hostil que se respiraba entre entrenador y jugador. La reconciliación resultaba imposible.

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En la entrevista concedida a Radio Bilbao con motivo del 40 aniversario de la Liga conseguida en 1983, el técnico reconoció que “Sarabia era el mejor del equipo a nivel virtuoso y de calidad. Físicamente. un desastre. No tenía más capacidad. En Lezama, con ‘Piru’ Gainza, decidimos que fuera a entrenar todos los días para ver si mejoraba su capacidad física. Mejoró un poco, pero era un jugador débil, muy bajo físicamente. A nivel de calidad técnica era el mejor del equipo”.

Aquel affaire dinamitó a un equipo campeón, a un grupo plagado de internacionales. Es verdad que esa temporada ‘los leones’ finalizaron en tercera posición, pero ya nada volvió a ser igual.