"Es surrealista. ¡Si nos llevamos 31 años!": madre e hija hacen historia corriendo juntas la prueba del estatal de 1.500
Hablamos con Alejandra Gálvez (46 años) y Daniela Sierra (15), que hace poco protagonizaron un duelo inédito en el campeonato de España de short track en Ourense
"Es surrealista. ¡Si nos llevamos 31 años!": madre e hija hacen historia corriendo juntas la prueba del estatal de 1.500
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Alejandra Gálvez y Daniela Sierra protagonizaron recientemente un duelo nunca antes visto en el atletismo español. Madre e hija tomaron la salida en la primera semifinal de la prueba de 1.500 metros del campeonato de España de short track -lo que antiguamente se denominaba pista cubierta-. Ocurrió en Ourense. La más rápida fue Alejandra, la madre, aunque ella tiene claro que eso es "anecdótico". Ambas recuerdan en SER Runner la emocionante experiencia que el deporte les ha regalado hace poco.
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Alejandra tiene 46 años; su hija Daniela, tan solo 15. Las dos pertenecen al club Trops Cuevas de Nerja. Ya se habían enfrentado sobre la pista anteriormente en otras dos ocasiones, en un control y en el Campeonato de Andalucía. En este último, Daniela fue segunda y Alejandra cruzó tercera la línea de meta. En Ourense, por primera vez, Alejandra quedó por delante de su hija.
Una familia volcada en el deporte
"Crecí en la pista de atletismo", recuerda Daniela, la mayor de las tres hijas de Alejandra. Criada en una familia enamorada del deporte, tuvo a su madre como referente desde muy pequeña. "Miro las fotos de pequeña y me doy cuenta de que en la pista di mis primeros pasos. Allí he ido creciendo y ahora, trece años después, me veo cada día entrenando y haciendo lo que me gusta", relata Daniela. "Y tener a mi madre al lado me ayuda mucho", añade.
Alejandra nunca se planteó ser atleta profesional. Creció en una época en la que la mujer tenía un estatus secundario en el deporte. "Veíamos como normal que se nos pagara la mitad que a los hombres por ganar una carrera", reconoce Alejandra. Estudió medicina y así forjó una carrera profesional, pero nunca dejó las carreras. Ese tesón le ha permitido ahora grabar en su memoria una imagen muy potente: formar un corazón con las manos junto a su hija tras cruzar la línea de meta.
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Será una carrera inolvidable para las dos, aunque no fue su mejor resultado deportivo. Lo que se llevarán sucedió antes de la salida. "Yo al principio lo veía como un campeonato más. Pero, cuando llegas allí y ves en la zona de calentamiento a todos tus ídolos, piensas hasta dónde has llegado", rememora Daniela. Y prosigue: "Y ver a tu madre a tu lado, colocándose el dorsal, piensas si está pasando de verdad. Ya cuando nos presentaron fue un subidón de alegría. Me di cuenta de que lo habíamos conseguido. Era algo que queríamos desde que yo entré en la categoría sub 18", finaliza.
