Leiceaga deja el PSOE de Santiago reclamando más dimisiones
Sigue los pasos de Bugallo tras el descalabro electoral del 28 de mayo, pero deja varios mensajes, al entender que tiene que haber una renovación más profunda en la formación
Leiceaga participa en un mitin en la campaña electoral / PSdeG-PSOE
El mal resultado que el PSOE tuvo en Santiago en las elecciones del 28 de mayo tiene consecuencias y amenaza con descoser a la formación con sus dos almas. En la jornada electoral el partido se dejó cuatro concejales, perdió la alcaldía, y pasó de ser la fuerza más votada a la tercera, superada incluso por el Bloque Nacionalista Galego.
Y esa debacle está teniendo efectos importantes en el seno del partido. La propia noche electoral, el todavía alcalde en funciones, Xosé Sánchez Bugallo, anunció que se iba, que no recogería ni siquiera el acta de concejal, asumiendo de esta manera toda la responsabilidad de la derrota.
Tras unos días de calma tensa en el partido, con el debate abierto sobre qué hacer con el Bloque Nacionalista Galego, más allá de facilitar una investidura, se ha vuelto a abrir una vía de agua en la embarcación socialista. Xaquín Fernández Leiceaga, uno de los fichajes para la campaña (en la que apenas se implicó), y uno de los llamados a asumir el puesto de alcalde en caso de una hipotética renuncia de Bugallo, anunció que él también lo deja.
Considera que lo que toca ahora es dar un paso al lado tras el mensaje claro y nítido de los compostelanos, y cree que otros integrantes de la candidatura socialista deberían seguir su ejemplo. Así, Leiceaga dice adiós tras su efímero regreso a la política municipal, con duras críticas a la gestión que realizó el todavía alcalde en funciones. Cree que los compostelanos le dieron la espalda a una forma de gestionar en los últimos cuatro años.
Leiceaga da un paso al lado y tampoco tomará posesión de su acta como concejal el próximo 17 de junio. Asegura que el pasado 30 de mayo ya se reincorporó a su puesto en la Universidad y que pone fin a una etapa política que comenzaba en 1999.
Leiceaga hizo una lectura de los datos que deja el 28M. A su juicio, el PP apenas subió y tampoco lo hizo el Bloque a la izquierda del PSOEA. Así pues, atribuye el descenso en un 40% de los votos de su partido a que la ciudadanía se ha cansado de la forma de gobernar de Xosé Sánchez Bugallo. Por eso señala que el PSOE compostelano necesita una profunda renovación y, aunque no da nombres, cree que son necesarias nuevas caras y nuevos liderazgos.
Desvincula esta decisión de las distintas sensibilidades que conviven en el grupo municipal, unas partidarias al acuerdo de gobierno con los nacionalistas y otras más propensas a quedar en la oposición. Simplemente, le pone fin a su etapa política acaba y y dirá adiós al Senado.
No se va a postular para ir en las listas socialistas, como hará precisamente Sánchez Bugallo. Una decisión sorprendente para Leiceaga, que se remitió al discurso del propio Bugallo tras su derrota.
En el PSOE santiagués no han querido hacer valoraciones de la renuncia de Leiceaga. Mercedes Rosón, que se queda como líder de la formación, declaró en un acto cultural que habría tiempo "más pronto que tarde" para hablar de este asunto".
